Sólo falta que hoy le entreguen el premio al mejor jugador de la FIFA para que Lionel Messi corone un año perfecto y pueda, al menos por unos días, descansar y olvidarse un poco del fútbol. El portugués Cristiano Ronaldo, el brasileño Kaká y los españoles Xavi Hernández y Andrés Iniesta están también nominados, pero casi nadie duda de que Messi será el hombre que sostendrá hoy en el Palacio de Congresos de Zurich el trofeo que lo acredite, otra vez, como el mejor futbolista del mundo, porque el rosarino ya fue galardonado el 1º de diciembre con el Balón de Oro que otorga la revista especializada France Football.

Hoy, quienes decidan serán los seleccionadores nacionales de todas las asociaciones de la FIFA.

Y con que los técnicos hayan visto algo de fútbol por televisión en 2009, Messi será con toda probabilidad el ganador de la votación. El delantero zurdo de la Selección Argentina conquistó con el Barcelona todos los títulos que disputó en el año: Liga española, Copa del Rey, Champions League, Supercopa de España, Supercopa de Europa y, el sábado, dos días antes de la gala, el Mundial de Clubes.

Messi brilló con dos goles en el 6-2 que el Barcelona le metió al Real Madrid como visitante en mayo para sentenciar la Liga de España. Messi marcó en la final de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao. Messi anotó en un acrobático remate de cabeza el 2-0 con el que el Barcelona se impuso en la final de la Champions League al Manchester United en Roma. Y Messi dio el sábado en Abu Dhabi al equipo en el que creció su primer título del Mundial de Clubes. Marcó el 2-1 con el que el Barcelona venció a Estudiantes y lo hizo con un gesto inusual: empujando la pelota al fondo del arco con el pecho o, como él mismo dijo, “con el corazón”.

Quizás el reconocimiento que le otorga el planeta fútbol todavía no encuentra su similar entre los hinchas argentinos, acaso dolidos porque Messi todavía no rinde en la Selección todo lo que juega en el Barcelona. Parte de ese resentimiento se escapó el sábado en La Plata con las pintadas en su contra, cuando su único “pecado” había sido marcarle un tanto a un equipo argentino.

Lo que pueda suceder con la Selección en Sudáfrica será parte del ejercicio 2010 y, sin dudas, Messi tendrá una enorme prueba que afrontar si pretende mantener semejante nivel. Pero, por ahora, 2009 sigue en curso y Messi lo cerrará con máxima felicidad.

“Fue un año histórico, perfecto”, admitió el rosarino. Poco amante de los focos, Messi sucederá hoy en el trono a Cristiano Ronaldo, un hombre de carácter completamente opuesto, que en 2008 postergó al argentino y al español Fernando Torres. También irá al Mundial. Será ésa una ocasión ideal para revalidar pergaminos.