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Lunes, 14 de junio de 2010

FúTBOL › TRAS LA VICTORIA ANTE NIGERIA, MARADONA SE TIENE QUE FOCALIZAR EN EL SEGUNDO RIVAL

Es el tiempo de pensar en Corea

Con el primer gran paso ya cumplido, la Selección debe encontrar más respuestas y puede haber variantes en la formación. A partir de la molestia de Verón, se abre una incógnita en ese puesto, lo mismo que en el lateral por la derecha.

¿Y ahora cómo se sigue? Ya hay tres puntos en el bolsillo, ya hay tranquilidad general, ya se sabe que los rivales del tercer partido, los griegos, están pintados; ya hay datos sobre los posibles adversarios en los octavos de final (ninguno mostró gran cosa y aparentemente el único que podría complicar un poco es Uruguay) y ya se sabe que la chapa de candidato no queda tan grande como algunos agoreros suponían. Pero como bien dijo el filósofo Reinaldo Merlo, vayamos paso a paso. Dentro de tres días hay que jugar contra Corea del Sur y en eso hay que pensar. A los efectos “resultadísticos”, un empate no sería un mal negocio. Quedan los dos equipos con cuatro puntos y se resuelve todo en la última fecha contra los griegos que, a esa altura, ya pueden estar eliminados. Los mismos coreanos preguntarían dónde hay que firmar si se les propusiera una cosa semejante. Con cuatro puntos de Argentina, en la última fecha Corea (con 4) y Nigeria (teóricamente con 3) se neutralizarían mutuamente. Pero ya se sabe que Maradona no es de los que especulan con estas cuestiones y suele apostar a todo o nada. Y está bien. Hay que ganarles a los rapiditos, incansables y dinámicos diablillos rojos. Hay que asegurar la clasificación y, si fuera posible, el primer puesto en el grupo. Hay que ganar, pero... ¿cómo? ¿Con quién?

Para la primera pregunta hay una respuesta directa: jugando con sentido colectivo mejor de lo que se lo hizo contra los nigerianos, ajustando el funcionamiento de la línea de fondo, manejando la pelota en el medio, teniendo paciencia para encontrar los huecos, rodeando a Messi, que está fenómeno, y protegiendo un poco más al bueno de Romero para evitarle sorpresas.

Para la segunda pregunta hay muchas variantes. Suele repetirse como una verdad irrefutable que “equipo que gana no se toca”. Sin embargo, es probable que Maradona esté obligado a pensar en un reemplazante para Verón (que no está físicamente entero) y también es factible que esté pensando en un sustituto para Jonás Gutiérrez, uno de los puntos más flojos en el encuentro ante Nigeria.

Si Verón está al 80 o al 90 por ciento, será titular de todos modos. Pero si está por debajo de esos índices, hay más de una alternativa:

1) Jonás por Verón y Clemente Rodríguez o Burdisso por Jonás.

2) Maxi por Verón.

3) Bolatti por Verón, formando un doble cinco con Mascherano.

4) Pastore por Verón, con un cuatro que no sea Jonás.

Esta última posibilidad, la más audaz, garantizaría más tenencia de pelota en el medio, menos pases largos para Messi y más juego asociado a partir de la mitad de la cancha. La inexperiencia internacional puede conspirar contra las posibilidades de Pastore, aunque su rendimiento en su todavía breve paso por Italia haya sido tan alto como el que tenía en Huracán. Si se decidiera por Pastore, podría compensar por el otro lado con Jonás en lugar de Di María (que contra Nigeria no anduvo bien), reforzando más el andarivel izquierdo para volcar el juego sobre la derecha. Los tres de arriba, que pueden adaptarse a posiciones flexibles, podrían ocupar alternativamente la franja izquierda. Lo bueno –aunque no haya un reemplazante natural para Verón, uno de similares características– es que Maradona puede encontrar respuestas en el banco. Ojalá que también vaya detrás de un equipo y no de la idea de dejar todo librado a lo que haga Messi.

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Verón, por una molestia, y Jonás, por bajo rendimiento, son dos de las dudas para el segundo partido.
Imagen: AFP
 
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