Los jugadores, el cuerpo técnico y los hinchas de Vélez se preguntarán durante toda la semana por qué no pudieron ganarle ayer a Gimnasia en el estadio del Bosque. El empate sin goles, en un partido que fue entretenido y que tuvo situaciones de gol que no se concretaron, les impidió a los de Liniers conservar la punta del Apertura para quedar ahora a dos unidades de Estudiantes, que el sábado casi no se despeinó para vencer a Huracán en el estadio de Quilmes.

Vélez llegaba más que entonado, con 12 puntos conquistados sobre un total de 15 que le habían permitido alcanzar a Estudiantes en la punta. Y lo de ayer, con todos los titulares en la cancha, parecía que iba a ser nada más que un trámite. Pero Gimnasia no fue ese equipo malherido y comprometido con el descenso que obligó a Diego Cocca a dar un paso al costado y a la dirigencia a buscar alivio con la llegada de Pablo Morant.

El equipo platense jugó bien ayer, dentro de sus posibilidades, y volvió a mostrar la misma actitud que le permitió empatar sin goles frente a Banfield y luego derrotar por la mínima diferencia a Quilmes, uno de sus rivales directos en la lucha por mantener la categoría.

Tenía razón Víctor Zapata, quien en la semana fue contundente cuando dijo que era “absurdo pensar que Gimnasia quiera perder para no ayudar a Estudiantes”. Los platenses jugaron ayer como quien no quiere seguir sufriendo gratuitamente y demostraron, ante un equipo de jerarquía indiscutible, que hacer planteos inteligentes es un buen comienzo en el camino de la recuperación.

Si Vélez no pudo ganar ayer fue precisamente porque Gimnasia no lo dejó. Morant apostó a la solidez defensiva y a que la pelota pasara rápido, por arriba, de los mediocampistas velezanos, esos especialistas del toque rápido y la gambeta, como son el Burrito Martínez y Moralez, quienes ayer sólo lograron encenderse de a ratos, pero que encontraron freno en el buen trabajo defensivo de Gimnasia, que tuvo como estandartes a Fontanello y a Sapetti, clave para frenar a Cubero y vital para su equipo en la segunda parte, cuando se soltó criteriosamente para pasar al ataque.

En el mediocampo, Rinaudo cortaba el juego y el chiquitín Casco, que juega de volante por la izquierda pero no puede ocultar su explosión y velocidad de ex delantero de inferiores, llevaba la pelota y arrimaba peligro, que los delanteros Rojano y Córdoba no lograban concretar, mucho por la sólida defensa de Domínguez, también destacado en la jornada.

Zapata luchaba en el medio y trataba de apoyarse en Fernández, pero como Gimnasia atacaba por la otra franja, donde el derecho Gastón Díaz reemplazaba a Papa, la cosa no terminaba de armarse nunca. Con el correr de los minutos quedaría claro que Vélez podía manejar mejor la pelota, pero no llegaba y sus chances eran a lo sumo esporádicas. Las más claras fueron un remate de Martínez en el arranque, que el debutante Monetti tapó haciendo la de Cristo, una chilena de Silva que se fue desviada y dos remates por arriba, un zurdazo de Zapata que pasó cerca y un centro de Moralez que se metía y que Fontanello terminó despejando en la línea. Para los locales, casi todas de contraataque: un remate de Casco, un cabezazo de Rojano y un zurdazo de Aued que Barovero atajó sin problemas.

Estadio: Gimnasia.

Arbitro: Néstor Pitana.

Cambios: 23m, G.Díaz (4) por Papa (V); 59m, Cristaldo (6) por Fernández (V); 73m, Encina por Aued (G); 84m, W.Jiménez por Rojano (G); 85m, Alvarez por Moralez (V); 90m, Graf por Rinaudo (G).