Lun 20.12.2010
libero

FúTBOL › LAS CUENTAS FATíDICAS DE LOS CINCO GRANDES

Perdieron por económica goleada

-En conjunto suman más de 500 millones de pesos de deuda
-Las cifras en rojo crecieron con el Fútbol para Todos
-River e Independiente son los que más deben; Racing zafa

› Por Gustavo Veiga

Los cinco grandes perdieron el buen humor hace rato. En los últimos días de 2010 quedaron lejos de parecerse al célebre grupo cómico nacido en los años ’ ’40. Su actualidad no da para risas. Ninguno tuvo la mínima chance de discutirle el título a Estudiantes. River salió cuarto (a 14 puntos del campeón), Racing sexto, Boca undécimo, San Lorenzo decimotercero e Independiente... último. Peor, imposible. En el partido económico les fue más o menos igual. Los balances aprobados a regañadientes invirtieron el orden de la imaginaria tabla de posiciones, donde el club que preside Daniel Passarella se clasificó cola, bien alejado del resto en los pasivos acumulados. Sus 216.827.799 pesos de deuda son una marca record para el fútbol argentino. Pero no mueven a una sola y sana crítica de la AFA, la responsable final de supervisar los números de sus clubes afiliados. Independiente quedó anteúltimo en este campeonato de tesorerías maltrechas, con 144 millones de pesos en la cuenta del debe. Las cifras a pagar de los cinco superan con holgura los 500 millones de pesos (más de 120 millones de dólares) y lo llamativo es que crecieron después de que el gobierno nacional les incrementara de manera notable el contrato de derechos televisivos, su principal fuente de ingresos.

Julio Grondona confesó en agosto pasado que el dinero de la TV “no es plata del pueblo, sino que es una plata producto del fútbol”. Con esa lógica, podría inferirse que los enormes pasivos de los cinco clubes más convocantes son producto de lo mismo. Del fútbol y de lo mal que se invierte en él. Sólo así es posible explicar cómo River subió su deuda de 130 millones de pesos a los 216.827.799 exactos que arrojó su último balance. Balance que compartieron el peor presidente de la historia que gobernó desde las oficinas del estadio Monumental por dos períodos consecutivos, José María Aguilar, y el actual, corresponsable del desastre durante el año que lleva de mandato.

Las autoridades de River admitieron que de ambos gobiernos “surge que en el período septiembre-diciembre de 2009 se registró una pérdida de $38.437.667, y en el período correspondiente a la actual gestión se registró una pérdida de $41.340.790”. Déficit sumado que arañó los 80 millones. El club además “se endeudó en $68.822.000, correspondiendo (esa suma) básicamente a la adquisición de jugadores y a la deuda generada en primas por rescisión y no renovación de contratos a jugadores de fútbol”. El semblante de Aguilar (sus detractores lo bautizaron “papada”) es una metáfora de lo que engordaron las cuentas impagas del club. Passarella también hizo pum para arriba: aumentó los gastos en rubros como fútbol profesional, administración y seguridad.

Boca zafa sólo si se lo compara con River. Es como si tuviera contratada cierta póliza de seguros. Al amparo del robo total que se perpetró en Núñez, lo suyo parece un problema menor. Su pasivo ronda los 39 millones de pesos, según la versión oficial. Incluso, el balance correspondiente al ejercicio 2009-2010 presentó un superávit de cuatro millones de pesos. Estos números corresponden a la gestión del ex tesorero Daniel Angelici, aspirante a la presidencia boquense en las elecciones de 2011 y candidato apadrinado por Mauricio Macri, el jefe de Gobierno porteño que nunca dejó de influir en la interna del club desde que lo abandonó a fines de 2007.

El actual presidente, Jorge Amor Ameal, se muestra bastante seguido junto a Angelici, como si quisiera posicionarse mejor para los comicios del año entrante. Las deudas son también responsabilidad de él.

La oposición cuestionó el último balance aprobado en la Asamblea de Representantes. Denuncia que la deuda es mayor (por ejemplo, sostiene que no se contabilizan juicios laborales perdidos por 20 millones de pesos). Por eso, su dictamen por minoría dice que “la situación financiera del club no es sólida, y que sólo buscan tirar la pelota para adelante, como para que los problemas exploten cuando las actuales autoridades no estén más en sus cargos...”.

Independiente es un extraño caso de coherencia deportiva e institucional. Reciente campeón de la Copa Sudamericana, no obstante, su último puesto en el torneo Apertura 2010-2011 debe 144 millones de pesos, pasivo sólo menor que el de River. La tesis del presidente Julio Comparada se resume en su frase “es importante endeudarse para crecer”. Eso explica por qué el club aumentó su deuda en once millones más con respecto al balance que cerró el año pasado. Cuando se aprobó el ejercicio actual (106º), en el gimnasio Carlos Radrizzani, la oposición se retiró a la hora de votar. El vocero de la lista roja, Gaspar Espósito, quiso intervenir en la Asamblea de Representantes pero lo tapó el abucheo de la barra brava. Pablo “Bebote” Alvarez, su líder más conocido, hombre de Hinchadas Unidas Argentinas, comandó el operativo mordaza. ¿Para evitar qué? ¿Que no se hable del estadio aún sin terminar? ¿Qué no se indague en el concurso de acreedores todavía sin cancelar?

En Racing, un club acostumbrado a las calamidades, los problemas económicos dejaron de ocupar hace tiempo las tapas de los diarios. Desde que atravesó el llamado Triángulo de las Bermudas integrado por Juan De Stéfano, Osvaldo Otero y Daniel Lalín, más el gerenciamiento de Fernando Marín y su tocayo De Tomaso, los dos últimos presidentes de Blanquiceleste S.A., la situación tendió a estabilizarse en una calma chicha. El juicio penal contra este empresario bajo la carátula de “defraudación por administración fraudulenta” sigue su curso, como dos causas que se mantienen abiertas en los Tribunales de Lomas de Zamora. En un prolijo documento en PDF que puede leerse en Internet, la conducción encabezada por Rodolfo Molina y Pablo Podestá informa sobre el primer semestre 2010 en casi todos los aspectos de la vida institucional de la Academia.

San Lorenzo es el único de los cinco grandes que cambió de presidente. En las elecciones del sábado 11, Carlos Abdo se impuso por amplio margen y sucederá a Rafael Savino. Su gestión comenzará con un rojo de 96 millones de pesos y un déficit generado en el último ejercicio de 10,2 millones. El próximo jueves, el club sabrá si atraviesa la Nochebuena con zozobra o el balance es aprobado en la Asamblea de Representantes que tratará, entre otras cosas, un indulto a Fernando Miele, el ex presidente que fue a San Lorenzo lo que Carlos Menem al país. Con apenas dos representantes que lo apoyan, sobre sesenta que tiene la asamblea, la vuelta del polémico dirigente es improbable. Mucho menos probable que el crecimiento de un pasivo que se mantiene inalterable desde hace seis años. Aumentó casi 66 millones de pesos. A saber, 29.600.000 (2005), 33.100.000 (2006), 48.200.000 (2007), 54.100.000 (2008), 70.600.000 (2009) y 96.000.000 (2010). Un detalle adicional: el club se encuentra en concurso preventivo de acreedores desde 2002. Si éste no es el fútbol argentino, el fútbol argentino, ¿dónde está?

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