River jugó su primera final de las 19 que pregonó el plantel y su cuerpo a lo largo del verano. No la ganó, pero tampoco la perdió. Entonces habrá que esperar el resto del certamen para saber si el punto realmente sirvió. El partido fue muy pobre y River fue apenas superior, en especial en el final del primer tiempo y el comienzo del segundo.

Tanto se habló en esta semana de que se trataba de una final y de que River debía cuidar el cero en su arco que salió a jugar con esas dos ideas en la cabeza. Entonces, conjugó mucha actitud para pelear cada pelota con muy poca audacia para ir a buscar la victoria. Como del otro lado, Tigre planteó las mismas dos premisas, el encuentro tuvo un desarrollo monótono, con muchos pelotazos a dividir y casi ninguna jugada hilvanada.

Con un esquema con un solo delantero –Pavone por el lado de River, Stracqualursi para los de Victoria– y dos mediapuntas con llegada –Lamela y Lanzini en los visitantes, Botta y Morales en el conjunto de Arruabarrena–, era lógico que a ambos equipos les faltara llegada y profundidad. Y mucho más si los restantes mediocampistas de ambos equipos contaban con mayor tendencia al quite y a la creación. Con esas cartas en el mazo, no resultaba muy difícil imaginarse el desarrollo: mucho choque, mucha fricción, poco juego y casi ninguna ocasión de peligro.

Por eso, dentro de ese clima de paridad, la diferencia de jerarquía de ambos equipos apenas inclinó el desarrollo en favor del equipo de Juan José López, pero con muy pocas posibilidades concretas, sobre todo en los primeros treinta minutos. Las más claras estuvieron con remates desde lejos, primero para River a través de Lanzini y luego para Tigre gracias a Pernía. En ambas ocasiones, los que se lucieron fueron los arqueros.

Los últimos diez minutos del primer tiempo y los primeros diez de la segunda mitad fueron los mejores de River. Es que en ese tramo el esfuerzo de Pavone tuvo algo de compañía, por lo que Islas pasó algunos sobresaltos, aunque nada demasiado peligroso. Lo mejor fue una maniobra que tejieron por izquierda Lamela y Lanzini por la izquierda y luego llegó la apertura para la llegada vacía de Ferrari, pero su remate cruzado salió apenas afuera. La otra estuvo en los pies de Pavone, que giró entre los defensores y sacó un remate buscando el segundo palo que pasó cerca.

Como River no acertó en ese pasaje, la idea pareció ser no arriesgar más. Entonces, el juego volvió a ser trabado como la primera mitad, con la premisa de meter, de correr y de cuidar el cero en el arco. Igual, los dos lo hicieron mal, ya que ambos tuvieron la victoria: primero Pavone remató apenas afuera y, de inmediato, Telechea le acertó a la pierna de Chichizola. No hubiese sido justo por lo poco que mostraron.

Estadio: Tigre.

Arbitro: Sergio Pezzotta.

Cambios: 62m Altobelli por Morales (T): 75m Telechea por Botta (T); 80m Caruso por Lanzini (R); 89m Bordagaray por Lamela (R).