FúTBOL › BOCA PERDIó CON GODOY CRUZ EN UN PARTIDO CON MUCHAS LLEGADAS
Los mendocinos dieron el gran golpe en la Bombonera: golearon 4-1 al equipo de Julio César Falcioni. Dos goles de Ramírez, uno de Torres y otro de Carlos Sánchez, la figura del encuentro. Erviti marcó el descuento de Boca.
› Por Juan José Panno
Los buenos resultados del verano, la vuelta de Riquelme, el resurgimiento de Mouche, la solidez de Javier García en los amistosos, la llegada de un crack como Erviti, son elementos encadenados que explican la ilusión de los hinchas de Boca en una Bombonera repleta y exultante. Tanta era la expectativa, tantas las ganas de gozar de una fiesta, que la goleada sufrida ante Godoy Cruz resultó un tremendo mazazo, un cachetazo en el medio del orgullo, un disparador de tibios silbidos.
A la hora de la verdad (tiene razón Riquelme cuando dice que los campeonatos del verano no sirven de mucho), Boca se estrelló contra el buen juego prolijo y efectivo de Godoy Cruz, contra sus limitaciones y contra una buena dosis de mala suerte en sus jugadas de gol.
La desazón por la inesperada caída, el dato de que Boca es el único grande que perdió y el único que se comió cuatro goles en la fecha, les impedirá a los hinchas boquenses por estas horas advertir que en la Bombonera se jugó un partidazo; que sobre la cancha quedaron en exposición muchas virtudes y no sólo defectos groseros; y que éste no será el equipo de los sueños, pero tampoco va a ser el de las pesadillas repetidas.
Una de las claves del encuentro es el error de Javier García en el primer gol de los mendocinos. Lo superó un pelotazo cruzado, quiso manotear y, como Chichizola contra Palermo en Mendoza, se la dejó servida a Ramírez para que la cabeceara a la red. La defensa de Boca nunca se recuperó de ese impacto. García se mandó otra macana parecida (la jugada fue anulada por offside, pero ésa es otra historia), los centrales empezaron a dar muestras de inseguridad y los laterales, urgidos por ocupar posiciones ofensivas, dejaron demasiados huecos que los mendocinos aprovecharon para concretar el segundo gol y arrimarse con peligro más de una vez.
Mal atrás, flojo en la contención, desequilibrado, Boca le aportó al partido sus inquietudes ofensivas, una búsqueda sin pausas, respaldadas por el toque genial y elegante de Riquelme y la gambeta endiablada de Mouche. Tuvo media docena de situaciones de gol clarísimas. El palo, un par de buenas atajadas de Torrico y una mezcla de mala suerte y deficiente puntería hicieron que el equipo de Falcioni se fuera al descanso sin goles.
En el segundo tiempo, Boca se paró un poco mejor, pero los volantes mendocinos se las rebuscaron para seguir triangulando y manejar la pelota, de a ratos con gran jerarquía. A los mendocinos se les fueron David Ramírez, Jairo Castillo y Carranza, pero no perdieron la intención de tratar bien la pelota, ni la idea de llegar tocando. El uruguayo Sánchez la hizo de goma, ordenando al equipo, oxigenando la salida y ocupando espacios libres.
En el momento de mayor intensidad del partido, los mendocinos metieron el tercero y, sobre el pucho, Erviti marcó el descuento y generó la esperanza de una remontada histórica. Era muy posible en la medida en que Boca siguiera provocando llegadas, pero pasó que Riquelme se cansó y que Godoy Cruz amontonó más gente del medio hacia atrás. El resultado fue que los avances boquenses perdieron claridad y que Godoy Cruz pasó a tener la chance del cuarto gol en una contra. Lo hizo Sánchez (García lo dejó llegar y no atinó a nada) para coronar su gran actuación y para dejar a Boca en la lona.
Estadio: Boca.
Arbitro: Néstor Pittana.
Goles: 14m y 38m, Ramírez (GC); 51m, Torres (GC); 52m, Erviti (B); 90m, Sánchez (GC).
Cambios: 36m, Z.García por Voboril (GC); 67m, Donda por Miranda (GC); 68m, Rivero por Calvo (B); Viatri por Erviti (B); 86m, Navarro por Ramírez (GC).
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