FúTBOL › BOCA VOLVIó A GANAR EN LA BOMBONERA, PERO NO HAY QUE DESCORCHAR CHAMPáN
... es pura casualidad. El gol número 236 de Martín Palermo selló el triunfo, pero fue Newell’s el principal responsable de la gran diferencia entre ambos equipos, con un planteamiento ultradefensivo que no le dio el menor resultado. Quedó a cinco puntos de Vélez.
› Por Ariel Greco
Si alguien no vio el partido y pregunta si Boca ganó bien y jugó mejor que en los últimos partidos, el resumen que se le podría hacer es el siguiente.
- Dominó el juego durante casi todo el desarrollo, ya que antes de los dos minutos pudo abrir el marcador con un cabezazo de Palermo.
- Generó, al menos, otras cinco chances de gol clarísimas, entre ellas un penal que no aprovechó, además de otras tantas aproximaciones que no se terminaron de concretar.
- Hasta el minuto 66, su rival ni siquiera había pateado al arco, y cuando lo hizo fue con un cabezazo inofensivo que Lucchetti se complicó solito para enviar al corner.
- Apenas sufrió una ocasión concreta de peligro en todo el juego, con un cabezazo de Almirón tras un corner que pegó en el travesaño y, para colmo, la maniobra fue invalidada por infracción previa.
- Sólo durante cinco minutos, los últimos, no estuvo seguro de la victoria, cuando sus propias dudas lo llevaron a retrasarse y entregarle el control a Newell’s.
- Su victoria fue tan justa como corto el marcador. Boca estuvo dos o tres goles por encima del conjunto rosarino.
Sacado de contexto, el resumen podría motivar que algún iluso considere pensar que la actuación de Boca de ayer se asemejó a la del Barcelona de 24 horas antes. Pero el único parecido entre el equipo de Falcioni y el de Guardiola es que ambos empiezan con B y terminan con A...
¿Cómo explicar entonces la clara diferencia en el juego que hubo entre ambos? El primer culpable fue Newell’s. Con apenas 11 puntos, el conjunto rosarino pelea claramente con Huracán el rótulo del peor equipo del campeonato. Ayer en la Bombonera se plantó con una línea de cinco y tres volantes de marca que parecían tener prohibido cruzar la mitad de la cancha. Por eso, Tonso, el enganche, y Falcone, el único delantero, quedaron rodeados de camisetas rivales, sin ninguna compañía y sin ninguna chance de aguantar siquiera la pelota.
Ante ese esquema ultradefensivo, era esperable, al menos, que Newell’s se defendiera bien. Pero ni eso pudo hacer con cierta pericia. Amontonó piernas sin ningún orden, achicó espacios para atrás sin presionar y terminó metido en su propia área, sin marcar al hombre, ni la zona. El mejor ejemplo fue el gol de Boca. En un lateral, nadie molestó a Colazo, que recibió y tocó tranquilo para Monzón. El marcador de punta pudo tirar cómodo un centro que ni Vangioni ni Lema pudieron rechazar de cabeza. Y así Palermo recibió tan solo que tuvo tiempo para bajar la pelota en el área chica y fusilar de derecha a Peratta.
Con tantas ventajas, a Boca no le quedó otra que ganar y bien el partido. Con el argumento de abrir la cancha, aprovechar las subidas de los laterales y enviar centros para la cabeza de Palermo le alcanzó para generar ocasiones y justificar la ventaja. Y como Newell’s casi no atacó, la defensa no pasó sobresaltos, salvo sobre el cierre, cuando Boca se dio cuenta de que no había liquidado el resultado y le podían empatar. Por eso ganó muy bien, aunque en el juego sigue sin entregar certezas.
Estadio: Boca.
Arbitro: Diego Abal.
Gol: 50m, Palermo (B).
Cambios: 54m, Camacho (4) por Tonso (N); 65m, Almirón (5) por Vangioni (N); 68m, Noir por Mouche (B); 71m, Rivero por Erviti (B); 74m, Faravelli por Dolci (N); 89m, Erbes por Chávez (B).
Incidencia: 34m, Peratta (N) le atajó un penal a Palermo (B).
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