Diego Armando Maradona pasó la noche despidiéndose de su madre, Dalma Salvadora Franco, Dona Tota, fallecida el sábado a los 82 años a causa de una afección cardíaca. El astro se reunió con su familia para una ceremonia íntima en una casa mortuoria en el barrio de Caballito, y los restos mortales serán sepultados hoy.

Después de volar 22 horas desde Dubai, con escalas en Doha (Qatar) y San Pablo (Brasil), Maradona aterrizó en Ezeiza a las 20.30 de ayer. Al pie del avión lo aguardó una camioneta Honda blanca, que salió a través de un barrio cerrado lindero con el aeropuerto internacional, por lo que el ahora entrenador no formuló declaraciones. Una hora antes, uno de sus hermanos había repetido el operativo para esquivar a la prensa.

Maradona evidenció gestos de dolor y cansancio, después de un viaje que comenzó precisamente en el momento de conocer la noticia de boca del médico de la familia, Alfredo Cahe.

Después del partido jugado el sábado por su actual equipo, el Al Wasl de los Emiratos Arabes, Cahe le pidió a Diego que regresara al país por el delicado estado de salud de su madre, quien permanecía internada en una clínica porteña. Doña Tota ya había sido internada en terapia intensiva durante julio pasado por una neumonía. En esta ocasión, la madre de Maradona había sido hospitalizada el viernes debido a una descompensación y murió el sábado por la tarde, tras más de una hora y media de maniobras de resucitación, según el parte médico.

Desde el momento en que se conoció la triste noticia, Maradona recibió innumerables muestras de apoyo. En todos los estadios se produjo un respetuoso minuto de silencio, especialmente en el de Boca, que además lució banderas con la leyenda “Fuerza Diego” (foto).

“Mi madre es el amor más grande, por ella soy capaz de matar”, había confesado tiempo atrás Maradona, que anoche le dio su último adiós.