Ya son historia los superclásicos de Chaco y Mendoza, los partiditos playeros, los amistosos de relleno y de puesta punto. Desde el viernes que viene se empieza a jugar por los porotos, se inicia el Clausura que de los dos torneos de Primera en los que se divide el año es el más jugoso porque es el que define los descensos y las posiciones de la Promoción.

El torneo llega con pocas novedades, porque casi no hubo movimientos en el libro de pases. Lo más llamativo es la llegada del Coco Basile como entrenador de Racing, la permanencia en el club por un tiempito más de los colombianos Gutiérrez y Moreno, la incorporación del Tecla Farías a Independiente, el regreso de Ledesma a Boca y poquito más.

El candidato, a simple vista, es Boca que, como se sabe, ganó invicto el Apertura y logró un buen funcionamiento que impide a los rivales de turno generarle muchas situaciones de gol. Un arquero en un buen momento, una línea de cuatro firme y volantes que tienen como misión esencial el achicamiento de los espacios y algunas variantes ofensivas alcanzaron para que Boca resultara claramente el mejor equipo del torneo anterior. Por supuesto que ayudó mucho la ausencia de River y el poco peso de los que se suponía que estaban en condiciones de darle pelea.

Ni Estudiantes, ni Vélez, ni Racing, que había empezado bien y se quedó, ni Lanús pudieron hacerle demasiada sombra y Boca paseó cómodo por la punta de la tabla hasta la consagración. Hay que recordar que en el torneo anterior la continuidad de Falcioni estaba en duda luego de la muy pobre actuación contra Olimpo en Bahía Blanca y todo empezó a clarificarse luego de la goleada a Unión en la Bombonera. La gran diferencia para Boca es que esta vez tendrá que atender además del torneo, otros dos frentes, la Copa Libertadores de América –que es el que más le interesa– y la Copa Argentina.

Si bien el equipo titular se puede recitar de memoria, hay un interesante banco de suplentes que incluye a jugadores que serían titulares indiscutibles en cualquier otro equipo: Chávez, Ledesma, el arquero Sosa, Caruzzo y Mouche son apenas un puñado de ejemplos.

El hecho de que Boca esté más atento a lo que pueda hacer en la Copa Libertadores (que también disputarán Arsenal, Vélez, Lanús y Godoy Cruz) abre algunas posibilidades para otros equipos. Pero ¿cuáles? San Lorenzo (que incorporó al uruguayo Carlos Bueno) no, porque su único objetivo es zafar de la guadaña; tampoco Estudiantes, porque debe levantar muchísimo la puntería en relación con lo que produjo en el último semestre. Queda Independiente, reforzado con Farías y porque tiene a Ramón Díaz, un entrenador muy bicho capaz de sacarles jugo a las piedras, y queda esencialmente Racing.

El retorno de Alfio Basile, un viejo conocido del club con un crédito muy amplio, renovó las esperanzas y las ilusiones. Suele ocurrir año tras año con Racing, que empieza con un gran empuje y después de va desinflando de a poquito. Habrá que ver hasta qué punto puede Basile torcer este estigma. El entrenador seguramente va a rodear muy bien a sus estrellitas, los colombianos Teo Gutiérrez y Gio Moreno, para que no se sientan tan solos en la doble misión de generar juego y convertir. La aparición del paraguayo Santander es otra incógnita de las que presentará el equipo del Coco Basile.

Lo bueno de que no haya habido tantos movimientos en el libro de pases es que la mayoría de los clubes no pudieron desprenderse de proyectos de buenos jugadores que en años anteriores solían volar hacia el exterior apenas despuntaban. La crisis económica europea cerró algunos mercados y abre la posibilidad de que se consoliden algunos jóvenes futbolistas en el plano local.

Empieza otro campeonato, sin River, con entradas más caras, con mucha televisación y poquitas expectativas de buen juego. Es lo que hay.