FúTBOL › DIEZ RAZONES PARA EL PRIMER TíTULO DE ARSENAL DE SARANDí EN LA PRIMERA DIVISIóN DEL FúTBOL ARGENTINO
Fundado en 1957 por los hermanos Julio y Héctor Grondona, en la máxima categoría desde 2002, corona su historia de sacrificios en Primera con el título del Clausura 2012, en el estadio que lleva el nombre del presidente de la AFA.
› Por Ariel Greco
Desde el arco, Cristian Campestrini brindó siempre seguridad y tuvo atajadas que significaron puntos. A lo largo de las 19 fechas sólo recibió 15 goles y terminó como la segunda valla menos vencida, apenas por detrás de la de All Boys. Casi ningún equipo tuvo un arquero tan confiable y decisivo en el Clausura como el nicoleño, que ahora tendrá que caminar hasta San Nicolás para cumplir con la promesa que formuló si Arsenal obtenía el título.
Otro punto alto en el rendimiento del equipo lo dieron los dos zagueros centrales, Lisandro López y Guillermo Burdisso. Personalidad para situaciones límite, potencia física en el mano a mano y presencia para imponerse en el juego aéreo en los dos costados del campo, fue el combo que aportaron ambos defensores. Entre los dos convirtieron cuatro goles, entre ellos el de ayer ante Belgrano, que significó el título.
La dupla ofensiva que conformaron Emilio Zelaya y Luciano Leguizamón resultó vital para las aspiraciones del campeón, pese a que por distintas lesiones no siempre pudieron ser titulares, aunque llegaron en plena forma en la etapa decisiva del certamen. El ex Central jugó su mejor campeonato en mucho tiempo, fue el goleador del equipo con seis tantos y pudo hacer olvidar a Mauro Obolo, transferido a Vélez antes del inicio del Clausura. Y el máximo anotador del club en Primera División aportó cinco goles, entre ellos dos claves ante Boca, aunque su mayor virtud pasó por crear juego y generar ocasiones de peligro para sus compañeros.
Gustavo Alfaro entregó la serenidad que el plantel necesitaba. Más allá de las urgencias, el entrenador siempre bajó un mensaje de tranquilidad, que se vio reflejado en el campo, tanto cuando peleaba por no descender como en el momento de luchar por el título. El esquema, como casi siempre, fue un 4-4-2 pero, con volantes de más vocación ofensiva como Aguirre y Carbonero –otro gran acierto del técnico–, las ambiciones de este Arsenal fueron mayores que en otras ocasiones. En el orden táctico de siempre y en las jugadas de estrategia con pelota detenida también quedó plasmada la mano del DT.
Con 30 goles en 19 partidos, a un promedio de 1,58 por juego, Arsenal terminó siendo el equipo más goleador del campeonato, junto con Boca. Su mayor mérito estuvo en el reparto que tuvo de esos tantos, con doce anotadores diferentes. Zelaya (6), Leguizamón (5), Ortiz (4), Aguirre (3), Burdisso y Lisandro López (2), Benedetto, Blanco Leschuk, Ca-ffa, Carbonero, Damián Pérez y Torres (1) completan la lista de artilleros propios, mientras que Milito (Independiente) y Sabia (Argentinos) hicieron –cada uno– un gol en contra.
La dirigencia, encabezada por Julio Grondona hijo, mantuvo la tranquilidad en los malos momentos. En la cuarta fecha del certamen, Arsenal tenía sólo tres puntos, no había ganado en el torneo y estaba comprometido con el promedio del descenso. Pero siguió con el mismo proyecto. Desde ese momento, el conjunto de Alfaro encadenó cinco triunfos consecutivos, dejó en el olvido la posibilidad de la Promoción y pasó a luchar por otros objetivos.
Lo que pudieron ser dos golpes duros en su momento, terminaron resultando beneficiosos a largo plazo. Primero la eliminación en la Copa Sudamericana ante Sarmiento de Chaco y luego la salida de la Libertadores en la ronda inicial sirvieron para que el grupo se focalizara en un solo objetivo. Sin desgaste y con el plantel completo, afrontó la recta decisiva del certamen con la convicción de pelear por el título hasta el final.
Supo aprovechar de los objetivos cruzados de sus adversarios directos, sobre todo Boca. Mientras el equipo de Falcioni dejaba puntos en algunos partidos jugando con suplentes o cansado por el desgaste, y Tigre sumaba pensando en evitar el descenso, Arsenal tenía clara su misión. Y cuando tuvo que demostrarlo, hace ocho días en la Bombonera, lo hizo con toda autoridad. Maniató a un Boca agotado, lo dominó desde lo mental y lo terminó goleando para bajarlo de la punta y convencerse de que podía ser campeón.
Desde que cayó con San Lorenzo en la duodécima fecha, Arsenal completó una racha final espectacular, con seis triunfos y un empate. Victorias consecutivas ante Independiente, San Martín en San Juan y Lanús, el empate ante Estudiantes en La Plata –mereció ganar– y otra mini racha exitosa ante Argentinos, Boca en la Bombonera y Belgrano, le dieron el título. En esos siete partidos, con la zanahoria del título adelante, salió a ganar en todas las canchas y lo hizo con gran personalidad.
Resulta imposible no relacionar el logro de Arsenal con la presencia de Julio Grondona, uno de sus fundadores, como presidente de la AFA desde hace más de tres décadas. Pero en el repaso de la campaña del equipo de Alfaro es difícil encontrar fallos puntuales de los árbitros que lo hayan beneficiado de manera ostensible. La suspicacia existirá siempre, aunque lo cierto es que en el plano arbitral este título no parece más o menos sospechado que el de los últimos campeones que entregó el fútbol argentino.
Estadio: Arsenal.
Arbitro: Pablo Lunati.
Gol: 28m, L. López (A).
Cambios: 60m Lembo por Mansanelli (B); 69m Parodi por Farré (B); 77m Almerares por Grana (B); 81m Caffa por Aguirre (A); 86m Córdoba por Leguizamón (A); 89m A. González por Carbonero (A).
Incidencias: 56m expulsado Lollo (B); 90m, expulsado C. Pérez (B).
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