FúTBOL › UN DOMINGO DE ALTA DEFINICIóN EN EL FúTBOL ARGENTINO
› Por Juan José Panno
La tía que cayó de visita inesperada el domingo por la mañana no entiende mucho de fútbol, y por eso pone cara de sorpresa cuando ve que uno se prepara frente a la tele con todos los elementos a mano: lapicera, papel, control remoto, radio portátil, calculadora y relojito pulsómetro, por las dudas. “¿Quién juega?”, pregunta la tía, empezando a complicar la cosa. Hay que explicar que son siete partidos, transmitidos por siete canales distintos, que hay algunos de esos partidos que interesan por el descenso y otros por el campeonato, y que hay un equipo que tanto puede salir campeón como irse a la B. La tía entiende cada vez menos, pero cuando anuncian en Continental que hay 243 combinaciones de resultados posibles en la pelea de abajo y otras 27 en la de arriba, ya parece resignarse a todo y por suerte sale de la escena. Pero al rato vuelve con su batería inquisidora: “¿Por qué no la dejás quietita en un canal? ¿El partido que estás escuchando es el mismo que está en la tele? ¿Me pareció a mí o el sonido de la radio llega antes que la imagen de la televisión? ¿Qué está pasando ahora?”
Hay que explicarle que todo es muy dinámico en la última fecha de este Clausura, como en la realidad argentina, donde todo se renueva y se transforma. Error: la tía aprovecha entonces para preguntar si se sabe por qué Moyano hoy es un aliado para aquellos que lo consideraban un monstruo y es casi el enemigo para los que ayer le bancaban todas las macanas que hacía, y por qué lanzó un paro desde un canal de televisión... Y no deja ver la tía los goles que se van encadenando: penal y gol de Godoy Cruz, gol de Colón, gol de Estudiantes, empató Rafaela, gol de Tigre (¡Tigre campeón!), gol de San Martín de San Juan (¡San Lorenzo a la B!), gol de Arsenal (¡hay desempate!) y la tía, que se había enganchado con el asunto de las realidades cambiantes, quiere saber cómo es lo de lo Lugo, por qué le pegaron un voleo sin darle derecho a la defensa y por qué Chilavert dice las pavadas que dice. “Uhh... gol de Colón”, responde uno, que no es Emilio Caso. Y la tía dice que mejor se va a preparar unos mates. Vuelve cuando terminan los primeros tiempos y pregunta cómo está la cosa, quién gana y quién pierde. Hay que explicar. Olimpo, que es de Bahía Blanca, ya se fue a la B; San Lorenzo, que empata, se está yendo. Hasta ahí todo clarito. Tigre tiene que jugar un partido de desempate con San Martín de San Juan. La tía no se aguanta e interrumpe:
–Para ver quién sale campeón...
–No, tía, para ver quién sale campeón tiene que jugar un partido de desempate con Arsenal, otro desempate.
–¿Y con San Martín qué desempatan?
–Quién zafa y quién juega la Promoción. El que gana se salva y el que pierde juega la Promoción...
–¡Qué raro! ¿Vos estás seguro de lo que decís? ¿Vos no mentís, como otros periodistas? ¿Cómo va a jugar para no descender y para salir campeón? ¿Me estás haciendo una cachada, no? ¿Qué es la Promoción? ¿Cómo va promocionar un equipo que se quiere salvar del descenso?
–Se llama así, tía, porque dos equipos de la B juegan la Promoción y podrían “promocionar” a Primera.
Mira con cara de desconfianza la tía, pero se queda callada frente a la tele y es testigo de los vaivenes, de los goles de Independiente (¡campeón Arsenal!), de las dudas de uno que salta permanentemente del partido del Nuevo Gasómetro al de Victoria, de la remontada de San Lorenzo (que a la tía le da un poquito de lástima por Tinelli), de los ataques infructuosos de Belgrano, del descuento de Boca que no sirve para nada, de la farsa de Hilario Navarro y del empate de Tigre, como último mojón de un domingo al mango.
Cuando las cámaras se quedan con los primeros planos de los hinchas de Arsenal campeón, la tía pregunta por qué son tan poquitos y por qué los periodistas hablan de Mariano Grondona: “¿Qué tiene que ver él con este título?” “Julio, Julio Grondona, tía”, se le aclara...
A uno se le ocurre comentar por teléfono a un compañero del diario que al final todo salió más o menos como quería la AFA: no hay desempates de ningún tipo, Arsenal campeón, Tigre zafa de todo, San Lorenzo tiene un bonus para jugar contra Instituto y se va Banfield, que si no se iba este año se iba el que viene.
La tía pone cara de pícara y pregunta si al final fue una gran ficción y estaba todo arreglado. Y uno dice que no, que bueno, que ya basta, tía, tomemos unos mates.
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