Lun 25.02.2013
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FúTBOL › EL EQUIPO DEL TOLO GALLEGO SE IMPUSO MERECIDAMENTE EN EL CLáSICO DE AVELLANEDA

Dos puntas tiene el camino del gol rojo

Abrió Lionel Miranda, en el comienzo, con un remate de media distancia, y cerró Jonathan Santana, en el descuento, tras una buena jugada del colombiano Caicedo. Independiente celebró mucho la victoria ante un Racing que mostró muy poco.

› Por Juan José Panno

De punta a punta, de principio a fin, con un gol de prefacio y otro de epílogo, Independiente dejó su marca de rojo intenso en la historia del clásico de Avellaneda: ganó 2-0 y le dio a su gente la posibilidad de un festejo grande, uno de esos que dejan sin voz y sin aliento. Racing, que tenía la posibilidad de hundir a su tradicional rival en la tabla y de catapultarse hacia los primeros puestos, hizo tan poco por el espectáculo que terminó realzando la producción de su adversario, asistiendo en silencio a la fiesta.

El principal mérito de Independiente fue que los jugadores de camiseta colorada entregaron la pelota, o al menos lo intentaron, a los de camiseta colorada. Así de simple. Poco pelotazo, poca pelota a dividir y buena circulación del colombiano Vargas, Montenegro, Miranda y Fredes, tocando a ras del piso. Con esa fórmula fue más que suficiente.

En los primeros 15 minutos del período inicial, y en casi todo el complemento, el conjunto del Tolo Gallego administró mejor el balón y controló el terreno. Se perdió un poco en el último tramo del primer tiempo, asustándose más de la cuenta por la tibia reacción de Racing, pero recobró los hilos en el arranque del segundo período y terminó justificando claramente la diferencia. Hubo un pasaje de toque y toque que provocó el oooole de las tribunas, pero en realidad ese supuesto floreo sólo respondía a la necesidad de controlar la pelotita y ponerla lejos del arquero propio.

El hincha de Independiente, que vive con angustia la incómoda situación en la tabla del descenso, es capaz de pasar sin escalas de la euforia de un toqueteo circunstancial al murmullo de reprobación si una pelota perdida en la mitad de la cancha genera un avance peligroso del rival. Pero ayer no hubo mucho de esto último porque Racing casi no pesó ofensivamente. Hubo un sorpresivo tiro en el palo de Lluy, desde un ángulo muy cerrado, y una corrida de Vietto, que dejó atrás a su marca y metió el centro atrás obligando a una buena intervención de Rodríguez. Y nada más. Sand quedó perdido entre los centrales locales, Vietto no tuvo continuidad, Camoranesi alternó buenas y malas y Pérez Guedes, muy blandito, nunca asumió la manija. Bolatti, que no está en su mejor condición física, fue prolijo y mostró su clase en un par de jugadas, pero no alcanza. Si no hay actitud ganadora, si se corre mucho, se arriesga poco y se respeta excesivamente al rival, las posibilidades de éxito se reducen.

Independiente se paró mejor en el partido porque mientras todos se acomodaban, encontró un rebote y el pibe Miranda clavó el remate violento contra el poste y no le dejó posibilidades de reacción a Saja. Pudo aumentar con un remate de Farías que tapó bien el arquero y, después de un rato de turbulencia, recuperó la velocidad crucero en el segundo tiempo y se sintió absolutamente ganador después de la expulsión de Villar. Mientras Racing tiraba manotazos desesperados, Rolfi Montenegro tomó la bandera y el colombiano Caicedo se hizo escolta para que Santana ejecutara con el segundo gol la marcha triunfal.


Estadio: Independiente.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 3m Miranda (I); 90m Santana (I).

Cambios: 54m Villar (3) por García (R); 58m De Paul (5) por Pérez Guedes (R); 59m Caicedo (6) por Farías (I); 66m Godoy por Miranda (I); 78m Santana por Fredes (I); 83m Cámpora por Pelletieri (R).

Incidencia: 84m expulsado Villar (R).

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