Lunes, 15 de abril de 2013 | Hoy
FúTBOL › CON DEMASIADAS NOTAS BAJAS, EL EQUIPO DE AVELLANEDA ESTá REPROBADíSIMO
A diez fechas del final del torneo, al Rojo sólo le queda aspirar a un milagro para poder mantener la categoría. Todavía no se resuelve la sucesión de Gallego: suenan Trossero, Fossati y hasta Gabriel Milito...
Por Juan José Panno
La historia dice que Independiente no debería irse a la B. Hasta aquí vamos bien.
Las matemáticas marcan que todavía tiene posibilidades de salvarse. Fenómeno. Pero la verdad es que debe darse una increíble combinación de resultados.
La contabilidad enseña a manejar los balances. Pero no debe haber una situación más complicada que la de este presente, con todos los números en rojo. De los últimos 30 puntos en disputa consiguió sólo 10, y ahora está casi obligado a obtener por lo menos 25 sobre 30.
Las ciencias naturales indican que la naturaleza es sabia, y ya se sabe cuál es la naturaleza del juego que está practicando el equipo. Recuérdese que Independiente no le pudo ganar a Boca con el árbitro a favor y la defensa rival –ésa que se comió seis en San Juan– ofreciendo todo tipo de ventajas. Más fresco aún está el partido contra Unión. Ganaba 1 a 0, contó con ocasiones como para ampliar la diferencia y vencer con relativa comodidad, no supo resolver y en un aislado ataque del adversario sufrió el empate. Y como venía la mano, si seguían cinco minutos más, perdía.
La psicología enseña que cuando se padece una situación traumática lo importante es atravesarla, y dice que la punta para la salida es una cuestión de uno mismo y no se puede andar dependiendo de otros. En poco tiempo, en las diez fechas que quedan, tendrá que encontrar las respuestas adecuadas. Y encima está supeditado a lo que pase con los demás.
La música dice que es importante la armonía. Y ya se sabe que en Independiente hay un ruido insoportable entre los hinchas, los jugadores, los dirigentes y el cuerpo técnico, que se llevó puesto a Américo Gallego. Hasta hace unos pocos meses se confiaba en que el Tolo apelaría a todos sus instrumentos para que el equipo sonara afinado y pudiera cantar la salvación a coro. La suma de resultados negativos (bajo su batuta, el equipo consiguió sólo el 33 por ciento de los puntos en disputa) hizo que debiera meter violín en bolsa e irse con la música a otra parte.
La zoología nos muestra que por más que luche como un león, se defienda como un gato entre la leña, trate de salvarse del naufragio nadando como un delfín, corra como una liebre y proteste como un loro, un perro es siempre un perro. Se aclara, de todos modos, que los futbolistas de Independiente pertenecen a la misma jauría que los de los otros equipos grandes.
La educación física nos dice aquello de mens sana in corpore sano. Y como sabemos, con tanta presión, con tantas amenazas sobre sus espaldas, es imposible eso de mantener la mente sana. Y el cuerpo del pobre jugador lo padece en cada pase errado, en cada cruce a destiempo, en cada remate pifiado.
La geometría enseña que la recta es el camino más corto entre dos puntos, pero el Rojo se parece cada vez más a la mina del tango “Fangal”: “Yo la vi que se venía en falsa escuadra, se ladeaba, se ladeaba, al costado del fangal”.
En suma, con la historia no alcanza. Son demasiadas las notas bajas. Independiente está reprobadísimo. Sólo le queda aspirar a un milagro. O cuanto menos, un cierre digno.
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