Un ex de Boca, el uruguayo Sebastián Sosa, fue la figura de la cancha, por la seguridad que transmitió y por tres intervenciones decisivas en momentos distintos del partido.

Otro ex de Boca, Federico Insúa, metió un golazo, clavando la pelota en un ángulo con un remate de zurda en comba desde la medialuna.

Un ex de Vélez, Leandro Somoza, jugó un buen partido, de lo mejorcito desde que está en el club de la Ribera. Impuso su presencia en la zona central, se animó a un par de pisaditas desparramando rivales, no tiró ningún pelotazo al voleo y hasta se la jugó con un remate desde más de 50 metros, cuando lo vio adelantado al arquero visitante.

Otro ex de Vélez, el Burrito Martínez, sigue lejos de su mejor nivel, pero esta vez le salieron un par de gambetas de esas que abren defensas y amplían las opciones de llegada.

Por los cuatro ex; por Sánchez Miño que jugó muy bien, aunque después manchó su trabajo con la expulsión; por Clemente Rodríguez, que puso el alma para lavar sus culpas de la Copa; por Erviti, que cumplió en la función de enganche y entre otras buenas acciones metió el centro del gol de Blandi, Boca y Vélez jugaron un partido interesante, por arriba de la media en una fecha espantosa, más de lo que se podía esperar si se mira en qué lugar de la tabla están los dos y si se considera que no jugaban ni Riquelme ni Gago, dos referentes en ambos equipos.

Una de las claves del encuentro se puede encontrar en el funcionamiento de la pequeña sociedad que armaron Clemente Rodríguez y Sánchez Miño, que ganaron ampliamente la pulseada con la dupla Peruzzi-Cubero en el primer período y asfaltaron la franja izquierda para llegar repetidamente en toques veloces. Por ese lado llegó el gol de Boca, en una de las mejores jugadas de la noche. Arrancó Sánchez Miño con una hermosa doble pisada, siguió con el pase a Clemente, la cortada a Erviti, el centro con la cabeza levantada y el frentazo hacia abajo de Blandi. Golazo, de esos que no abundan en estos tiempos boquenses de vacas flacas.

Otra de las claves del partido fue que el ex de Vélez, Carlos Bianchi, planteó un partido abierto, sin columpiarse en el travesaño, como lo había hecho el miércoles último en Rosario. El ex jugador de Boca, Ricardo Gareca, también se propuso un partido de ida y vuelta, en el comienzo y en gran parte del segundo tiempo. En el inicio fue que consiguió la ventaja, a través de Insúa, un jugador que casi todo Boca extraña.

El local manejó mejor la pelota cuando estaban 11 contra 11 y se las arregló para que no se notara la diferencia numérica tras la expulsión de Sánchez Miño, sobre la mitad de la segunda parte. Le metió un codazo en las narices a Lucas Romero, con Maglio como testigo privilegiado. Cubero había hecho lo mismo con Sánchez Miño, pero lejos de la vista del referí.

Al final del partido, los dos entrenadores hicieron declaraciones complacientes con el rival. Bianchi elogió el potencial de Vélez y dijo que, en el balance, estaba bien el empate; mientras que Gareca opinó que Boca había sido un poco mejor porque tuvo más llegadas. Tenía razón. Entre las mejores llegadas de Boca hay que anotar un mano a mano de Erviti con Sosa que el arquero atajó haciendo “la de Dios”, un remate cruzado de Marín que Sosa desvió al corner y una entrada de Erbes que pisaba la pelota para quedar solo, pero no pudo porque el arquero se arrojó desde atrás y consiguió atrapar el balón.

Boca, que por sus actuaciones en este torneo merece estar donde está, esta vez mereció algo más que el empate.

Estadio: Boca.

Arbitro: Carlos Maglio.

Goles: 14m Insúa (V), 34m Blandi (B).

Cambios: 60m Bell (6) por Peruzzi (V), 71m Rescaldani por Ferreyra (V), 73m Zárate por C. Rodríguez (B), 76m Acosta por Erviti (B), 89m Allione por L. Romero (V), 90m R. Rodríguez por Martínez (B).

Incidencia: 83m expulsado Sánchez Miño (B).