Lunes, 10 de junio de 2013 | Hoy
FúTBOL › LA VICTORIA LO MANTIENE EN LA PELEA POR EL TíTULO
Fue un juego de contrastes, pero el equipo de Núñez se hizo dueño del partido en ese minuto fatal para Independiente, en el que Fredes se perdió la apertura del marcador y en la réplica Iturbe anotó el primer gol del encuentro.
Por Adrián De Benedictis
Los contrastes volvieron a aparecer en el estadio Monumental. En ese mismo sitio, dos años atrás, a River le faltaban pocos días para vivir su jornada más triste. Y en este renacer de la institución, el equipo es hoy el culpable de que Independiente se encuentre al borde del abismo pero, al mismo tiempo, el triunfo le permitió ubicarse en la cima de la tabla a dos fechas del final. Por ese motivo, la expectativa estará centrada en lo que suceda hoy con Newell’s, el otro líder del certamen, que jugará su compromiso ante Unión. Mientras, River disfruta este presente que lo encuentra muy lejos de lo que transitaba en 2011.
El duelo de ayer tuvo un momento determinante. Un minuto en donde Independiente estuvo cerca de ponerse en ventaja, y fue el local el que finalmente aprovechó su chance y no la desperdició. El juego llegó a los 19 minutos con los de Avellaneda teniendo el control de la pelota, y con Montenegro luciendo una gran claridad para habilitar a sus compañeros.
En ese instante, Fredes quedó sin marca dentro del área y su cabezazo fue atrapado por Barovero. Inmediatamente, la oportunidad apareció en el otro sector, e Iturbe no la desaprovechó. La acción comenzó con una falla de Velázquez al perder la pelota frente a Rojas, y luego de un rebote en el propio defensor le quedó a Iturbe para definir con un toque de derecha.
El envión que tenía Independiente se detuvo luego de ese gol, y River fue el que empezó a tener más incidencia. Incluso Funes Mori pudo haber aumentado la ventaja, pero falló dos veces frente a Rodríguez. Si bien no exhibía una superioridad nítida ante su rival, a River le alcanzaba con hacer circular la pelota hacia los laterales y esperar que Vangioni desbordara por sorpresa por la izquierda.
La sentencia definitiva del resultado llegó a los 17 minutos de la segunda parte, cuando Lanzini finalizó una gran jugada colectiva ubicando la pelota cerca del ángulo izquierdo de Rodríguez. El chico Kranevitter buscó a Iturbe con un pase largo, éste se escapó por la derecha dejando en el camino a Morel Rodríguez, tocó la pelota para Lanzini que venía de frente, y el estadio volvió a estallar por segunda vez.
Pero los que estallaron de bronca fueron los hinchas de Independiente, que enseguida comenzaron a romper las butacas de la tribuna alta y las lanzaban hacia abajo, donde se encontraban plateístas de River. Además, los visitantes rompieron el alambrado y pasaron hacia el techo de aquellas plateas. Ante la peligrosidad de que esa estructura pudiera ceder, el árbitro Saúl Laverni tuvo que detener por unos instantes el partido. Cuando la situación se fue controlando lo reanudó, pero Independiente seguía envuelto en la impotencia.
El único que podía ofrecer algo diferente entre los de Avellaneda era Montenegro, y fue precisamente el capitán quien logró el gol del descuento con un remate desde afuera del área, a un minuto del final. River terminó cerca de su arco en el descuento, a pesar de que su adversario no tenía argumentos futbolísticos para lo lograr la hazaña del empate. De un lado se perdió la esperanza, y del otro tomó un impulso de dimensiones incalculables.
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