El título que consiguió Vélez el sábado último demuestra el desorden y la desprolijidad que impera en el fútbol argentino. No se pone en duda el partido ganado por el conjunto de Liniers, y como consecuencia su derecho a participar en los dos torneos internacionales (Copa Sudamericana y Copa Libertadores), sino que la discusión tiene que ver con la legitimidad de adjudicarle un nuevo certamen local, que sería el décimo de su historia. A lo largo de la reseña existieron campeones con los sistemas diferentes que ordenó la AFA: a dos ruedas luego de 38 fechas, a una después de 19 encuentros, con mecanismos de clasificaciones y series finales. Pero nunca existió la posibilidad de consagrarse con ganar un solo partido.

Vélez fue campeón del torneo Inicial 2012 con total autoridad, y Newell’s lo hizo de la misma manera en el Final de este año. La denominada Superfinal desarrollada en Mendoza sólo tenía sentido para determinar los equipos que ocuparían las plazas en aquellos certámenes continentales, y cuando la AFA decidió –con poca claridad y a escasos días del juego–, que el ganador sumaría una estrella más, el despropósito volvió a quedar en evidencia.

La última final que se había jugado entre los campeones de cada torneo se dio el 9 de julio de 1991, cuando Newell’s derrotó por penales a Boca en la mismísima Bombonera. A partir de allí, cada campeón de los entonces Apertura y Clausura no necesitaba otro partido para certificar su título. La AFA volvió a modificar los esquemas para la temporada que acaba de finalizar, y todo ahora parece estar dado vuelta una vez más. Con el del sábado, Vélez alcanzó la cifra de 10 campeonatos oficiales en la era profesional, igualó a San Lorenzo en ese listado, y quedó a cuatro de Independiente. Con este novedoso sistema, y teniendo en cuenta que el equipo de Avellaneda participará por primera vez en la B Nacional, tanto Vélez como San Lorenzo podrán alcanzarlo en sólo un año y medio.

Ambos equipos también estarán cerca de llegar al segundo puesto que ocupa Boca, con 24 títulos ganados. A ese club lo podrían igualar dentro de cinco años, y una semana después hasta superarlo.

Esta forma de consagrarse no sucede en ninguna liga del mundo, y por ese motivo resulta sorprendente que el campeonato argentino sea uno de los mejores del planeta de acuerdo con la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol. En la última clasificación, la del año pasado, ocupa el sexto puesto en el ranking anual de esa institución, que se elabora desde 1991. La de la Argentina, a excepción de 1993, siempre estuvo entre las diez primeras. Su mejor ubicación en este ranking se dio en 2008, cuando logró el tercer lugar, siendo superada sólo por la Premier League de Inglaterra y por la Serie A de Italia.

Además del título de Vélez, otro episodio curioso sucedió afuera de la cancha. Los organismos de seguridad aplicaron la norma durante las últimas dos fechas del campeonato de que los hinchas visitantes no concurrieran a los estadios. Pero enseguida se encontró la manera de que el partido se realice con público: una cancha neutral, donde nadie tenía la condición de local y visitante. Y así todo podía ser posible. Fútbol argentino auténtico.