El torneo que comenzará el viernes próximo no será uno más en la historia del fútbol argentino. El fallecimiento de Julio Grondona marcará un punto de inflexión para este certamen, y sobre todo para el futuro de la actividad. Precisamente, éste será el último de los campeonatos cortos, iniciados en el segundo semestre de 1990, y a partir de 2015 se exhibirá una inédita competencia con 30 equipos, si es que finalmente prospera la idea sentenciada por el hombre que dominó los destinos en los últimos 35 años. Ese será un gran aliciente para todos los conjuntos: convertirse en el último ganador de un torneo de sólo 19 fechas.

Sin duda, entre ellos hay uno que tendrá la exigencia mayor: Boca. Y no sólo porque hace tres años que no consigue el título sino porque también estará en juego la continuidad de su conductor, Carlos Bianchi. Como el gran deseo del club es clasificar a la próxima edición de la Copa Libertadores, el pasaje directo será obtener el próximo campeonato, más allá de lo que suceda en la Copa Sudamericana y en la final que tendrá que jugar con Vélez a fin de año, donde se conocerá al ganador de la temporada 2013-2014.

Bianchi ha llegado a Boca con toda su impronta exitosa en enero del año pasado, y hasta el momento no pudo reencontrarse con algún primer puesto. Para colmo, la eliminación de la Copa Argentina ante Huracán fue otro punto negativo para su tercer ciclo. En ese sentido, si él pretende ser el técnico de aquella hipotética Copa Libertadores, tiene la obligación de ganar uno de los dos torneos que le quedan hasta fin de año. De lo contrario, es probable que no sea el entrenador en enero próximo.

Otro inconveniente para Boca es que su máximo rival es el actual campeón, luego de haber pasado por la B Nacional durante un año. Para revertir todo eso, el equipo sumó seis refuerzos de jerarquía, más dos que volvieron de sus préstamos. Con ellos buscará olvidarse de la partida de su máximo emblema: Juan Román Riquelme. El ex capitán jugará en Argentinos, con el objetivo del retorno del equipo de La Paternal para el año que viene.

River sabe que su título ganado en mayo pasado le dio más oxígeno para el futuro, teniendo en cuenta que venía de una tragedia futbolística. La cara nueva que tendrá el campeón estará afuera de la cancha, debido a que Marcelo Gallardo es el flamante entrenador, en lugar nada menos que de Ramón Díaz, el riojano más ganador. La delicada situación económica hizo que apenas pudiera incorporar a dos jugadores, compensando con otros que regresaron de sus préstamos. Como Fernando Cavenaghi, quien no aceptó la inclusión de David Trezeguet por problemas personales, sigue lesionado en uno de sus pies, el técnico insistió mucho en sumar al goleador de Vélez, Lucas Pratto. Finalmente, el ex Boca no llegará a Núñez por su elevada cotización.

La incógnita sobre el estilo futbolístico que adquiera el equipo será el principal interrogante para River, que intentará una vez más consagrarse en el plano internacional con la Copa Sudamericana.

Racing, como en cada inicio, se posicionará como uno de los animadores. El conjunto de Avellaneda sumó 12 futbolistas, entre compras y los que regresaron al club, para ser protagonista y dejar atrás el 18º lugar que ocupó en el Final anterior. El club es otro de los que tendrá nuevo conductor, con la llegada de Diego Cocca, que viene de conseguir el ascenso con Defensa y Justicia.

Cocca tratará de diferenciarse del estilo que proponía Reinaldo Merlo, imprimiéndole más audacia a su fútbol, de la misma manera que ofreció en el plantel de Florencio Varela.

El club volverá a enfrentarse con su rival clásico, Independiente, luego de que éste alcanzara el tercer puesto en la B Nacional. Los problemas dirigenciales determinaron que haya nuevo presidente, Hugo Moyano, pero también nuevo director técnico: Jorge Almirón. El equipo sufrió un gran desmembramiento y sólo llegaron seis jugadores. El próximo sería el colombiano Mario Yepes, que viene de jugar el Mundial.

Independiente, en primer lugar, buscará afirmarse en la categoría para luego comenzar a pensar en horizontes más grandes.

San Lorenzo tendrá tiempo para pensar en este torneo más adelante, tal vez con la satisfacción de su primera Copa Libertadores ganada. Para este torneo llegaron pocos refuerzos, ya que su mira está por ahora en Nacional de Paraguay.

El que ha tenido serios problemas para renovarse fue Vélez, que sufrió la ida de muchas de sus figuras y sólo pudo presentar a un delantero como cara nueva.

El resto de los planteles no han podido sumar nombres rutilantes y apuntarán a consolidarse en los próximos cuatro meses para mirar de otra forma el 2015. Mientras, el fútbol también intentará enderezar su destino. Sin Grondona, tiene una oportunidad única.