Lun 08.09.2014
libero

FúTBOL › SIGUE DE RACHA JUGANDO COMO SUS HINCHAS AñORABAN, Y AYER LA VíCTIMA FUE TIGRE

River es una máquina de generar deleite

El puntero es un equipo que presiona bien en el medio, que es sólido defendiendo y que reafirma sus convicciones, con circulación fluida de la pelota, goles y buenos resultados. Ayer marcó dos goles a través de Mora, y pudieron ser más.

› Por Juan José Panno

La gente, ese público entusiasta que llenó el Monumental, cuando el partido se puso 2-0 sintió que el asunto estaba liquidado y que todo lo que se veía venir era puro deleite, una exposición de toque y llegada. Y enloqueció con sus cantos que se prolongaron hasta más allá del final, expresando una satisfacción inmensa. El resultado pudo ser más amplio porque –con Tigre entregado– llegaron a posición de gol hasta los marcadores centrales, porque los que entraron desde el banco mantuvieron el nivel de sus reemplazados y porque los hinchas ya estaban de- sacostumbrados al sabor que dejó el juego en los paladares, que alguna vez fueron muy negros.

Importa la serie de triunfos al hilo (2-0 a Central, 4-0 a Godoy Cruz, 3-0 a Defensa y Justicia, 3-1 a San Lorenzo y 2-0 a Tigre), pero casi tanto como eso les interesa que el equipo consigue resultados con autoridad, manteniendo la posesión de la pelota, mostrando una irrenunciable vocación ofensiva y mucha frescura.

Hasta el primer gol de Mora, el asunto no fue tan sencillo para los de Gallardo. Tigre, con dos líneas de cuatro, presionando mucho en el medio, ahogando la salida de los volantes rivales, redujo los espacios, y obligó a su rival a aguzar el ingenio y a sostener sus buenas intenciones con toques precisos para inquietar a Javier García. Lejísimo de Barovero en quien no pensaba ni de casualidad, el visitante puso toda su energía en cortar el circuito de Pisculichi con los de arriba. Un cabezazo de Boyé que salvó magistralmente García, en una jugada de toques sucesivos y centro bien lanzado, anticipó lo que se venía.

Iban 35 minutos cuando River quebró la resistencia de su adversario y lo dejó malherido. El titiritero Pisculichi le dio un buen pase a Rojas, el volante mandó el centro, en el otro lado Sánchez se la bajó de pecho a Mora y el delantero clavó el zurdazo que dejó parado a García. Todo el esfuerzo de Tigre por mantener el marcador cerrado se derrumbó en esa hermosa jugada, que tuvo un efecto psicológico muy grande.

Suele pasar que el que es capaz de marcar un gol así se agranda, y que el que recibe un gol así se achica porque es consciente de que en cualquier momento lo vuelven a embocar de la misma manera. Y pasó que a los 48 minutos otra vez Pisculichi lo vio bien a Rojas, que Rojas la tiró medida para Mora, que los marcadores centrales no pudieron cortar el pase, que Mora bajó la pelota con la derecha, se acomodó, apuntó y fusiló a García, que en ésta tampoco pudo hacer nada.

La actuación del arquero de Tigre, es bueno resaltarlo, es uno de los factores fundamentales que explican por qué la diferencia no fue mucho más amplia. Sacó más de un tiro de media distancia, un cabezazo a quemarropa, descolgó varios centros peligrosos y salió a anticipar a jugadores que llegaban con pelota dominada. Como contrapartida, su colega Barovero casi no tocó la pelota con las manos, salvo en algún centro que bajó sin apremios, y el pie lo usó cuando sus compañeros le daban la pelota hacia atrás o tenía que sacar desde el arco.

River, que en este torneo hizo 15 goles y sólo recibió 2, ayer no notó demasiado la ausencia de Teo Gutiérrez (el goleador del equipo con 5 tantos) porque lo tuvo al uruguayo Mora, y porque el equipo tiene diferentes vías de llegada y del medio para arriba todos pueden convertir.

Gallardo consiguió armar hasta aquí un equipo que presiona bien en el medio, que es sólido defendiendo (esperan turno Maidana y Alvarez Balanta) y que reafirma sus convicciones, consiguiendo buenos resultados. Y por todo eso, y porque la pelota circula fluida, la gente se enloquece, canta y sueña que esta primavera se va a extender en el tiempo.


Estadio: River.

Arbitro: Mauro Vigliano.

Goles: 33m y 48m, Mora (R).

Cambios: 46m, Solari (6) por Mercado (R); 62m, Vitti por Godoy (T); 68m, Driussi por Boyé y Ponzio por Kranevitter (R); 73m, Leguizamón por Luna (T); 80m, Ellacópulos por Arzura (T).

Incidencia: 87m, expulsado Galmarini (T).

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