“Lo que no mata, fortalece”, dice el dicho. Y River, el River de Marcelo Gallardo, parece hacer un culto de esa frase. Porque cuando la pasa mal, como ayer, igual encuentra respuestas para sobreponerse. Así le ganó 2-1 a Rafaela y mantuvo la distancia con sus perseguidores.

Con los triunfos de sus escoltas consumados, River salió a jugar con más presión. “No nos presiona, nos estimula”, fue el mensaje de Marcelo Gallardo antes del encuentro. Y así pareció en el arranque, ya que su equipo salió a acorralar a su rival, con Carlos Sánchez provocando desequilibrio por la derecha y con Teo Gutiérrez pivoteando para esperar la llegada de los volantes.

Dos aproximaciones que no llegaron a concretarse y un cabezazo de Mora que Conde tapó de manera magistral reflejaron el dominio parcial de River. Sin embargo, cuando el trámite parecía ir en ese sentido, un contragolpe de Rafaela culminó con un tremendo derechazo de Diego Armando Montiel, que dejó parado a Barovero y se transformó en el inesperado 1-0.

El gol fue un impacto duro para River, que ya no se sintió cómodo con el desarrollo, ni con el terreno de juego. La cancha le quedaba corta y los propios defensores y volantes dejaban sin espacios a los delanteros. Y por el contrario, cuando perdía la pelota, a Rafaela le quedaba campo libre para contragolpear. De esa manera, el puntero padeció el trámite, dominado por un rival voluntarioso y aplicado, que supo disimular sus limitaciones y potenciar sus virtudes.

De esa manera, el mediocampo de River, uno de sus puntos fuertes en la campaña, quedó partido, sin peso para defender y sin creatividad para generar juego. Pisculichi no encontraba espacios, Rojas no mandaba y el pibe Guido Rodríguez no podía imponer presencia. Así, los delanteros quedaban aislados y sin abastecimiento. Por el contrario, Rafaela llegaba claro con las mandadas de Fede González y Albertengo.

Sin embargo, el entretiempo fue clave para River. De entrada, Pisculichi aprovechó un tiro libre para clavar la pelota en el ángulo de Conde. Y por más que no mantenía el dominio del encuentro, una desinteligencia del fondo local se transformó en el segundo tanto, que le allanó el desarrollo: Ferrari y Vittor chocaron para rechazar un pelotazo, mientras Conde salía lejos para buscar el mismo balón. El rebote le quedó servido a Rojas, que disparó de primera y convirtió ante el descolocado arquero.

Y así como el gol de Rafaela había sido un impacto para River, el segundo del equipo de Gallardo derrumbó a los santafesinos. Como en esos primeros minutos, el puntero recuperó su andar, se mostró dominante y pasó pocos momentos de zozobra, ante un adversario que había hecho el gasto en la primera parte y que se vino abajo cuando vio que todo lo realizado se le había ido de las manos.

Con Rafaela herido y jugado, a River se le simplificó el panorama, con espacios para liquidar y definir el juego. Pero Simeone, Driussi, Sánchez y Mora, cada uno a su turno, dilapidaron las chances. Con tantas ocasiones perdidas, Rafaela tuvo la suya: un tiro de Royón que Maidana despejó sobre la línea. Pero el puntero pasó el sofocón, evitó la derrota y mantuvo la diferencia con sus perseguidores.

Estadio: Rafaela.

Arbitro: Patricio Loustau.

Goles: 12m Montiel (AR); 49m Pisculichi (R); 65m Rojas (R).

Cambios: 64m Simeone por Gutiérrez (R); 69m G. Fernández por Montiel (AR); 71m Royón por Rodríguez Rojas (AR); 78m Depetris por Serrano (AR); 82m Solari por Rojas (R); 87m Driussi por Pisculichi (R).