FúTBOL › SAN LORENZO SE QUEDó CON EL CLáSICO ANTE HURACáN CON UN CLARO TRIUNFO POR 3-1
Con Romagnoli como abanderado, el equipo de Bauza –que había arrancado perdiendo– dio vuelta el marcador para terminar imponiéndose con absoluta claridad en el Nuevo Gasómetro, en la reedición del clásico barrial tras cuatro años. Un hincha murió al caerse de una tribuna y otro, por el mismo incidente, resultó herido.
› Por Facundo Martínez
La espera de cuatro años sin clásico acabó ayer de la mejor manera para los hinchas de San Lorenzo, que colmaron desde bien temprano el Nuevo Gasómetro para revivir esa historia de rivalidad barrial, de las más intensas del fútbol nacional. Claro que, por esas cosas del fútbol argentino, los hinchas de Huracán eran apenas un puñado de dirigentes y familiares apostados en un pequeñito sector de la popular visitante, y por eso, más que duelo de hinchadas, lo que hubo fue un largo monólogo de los de Boedo, con olé, olé incluido, para agradecer a los jugadores el triunfo claro por 3-1 que les permitió prenderse en la lucha del torneo, a sólo un punto de Boca, el puntero transitorio con 13, al menos hasta hoy que Central, que tiene también tiene 12, reciba en Rosario a Temperley.
No sólo el marco le era favorable a San Lorenzo en la tarde de ayer. Porque ya desde el arranque se vieron algunos puntos interesantes en el equipo de Bauza, sobre todo por el lado de Leandro Romagnoli –que iba a terminar siendo figura– y las sociedades que buscaba con Sebastián Blanco, y las buenas proyecciones de Franco Mussis y Julio Buffarini por la franja derecha. Sin embargo, en ese afán de los locales de ir a buscar el resultado, los dirigidos por Néstor Apuzzo encontraron espacios de contraataque como para inquietar a una floja defensa azulgrana.
Esa sola situación alcanzó para que el trámite se emparejara y para que San Lorenzo terminara de tomar más en serio las luces de alerta que se le encendían en el fondo cuando el pibito Romero Gamarra, zurdo, atrevido y habilidoso, le ponía condimentos al juego. En eso estaba el trámite cuando a los 15’, tras ganarle la posición a Juan Mercier, Patricio Toranzo –goleador del Globo en el torneo– metió un tremendo derechazo frontal desde afuera del área para poner a los de Parque de los Patricios en ventaja.
San Lorenzo tambaleó con el golpe y Romero Gamarra casi mete inmediatamente el segundo con un remate a colocar de derecha a izquierda que se le fue apenas por arriba del ángulo. Y unos minutos más tarde, fue el árbitro Saúl Laverni el que no cobró un claro penal de Sebastián Torrico sobre Ramón “Wanchope” Abila, en la que acaso fue la mejor jugada del cordobés en el partido, que después pareció más dedicado al teatro, simulando todo tipo de golpes, que al juego. Hasta ahí llegó Huracán en la primera parte.
San Lorenzo, que había dejado de ser el mismo del inicio, apretó las marcas en el medio y volvió a animarse sobre todo por la franja derecha, donde había un buen entendimiento entre Mussis y Buffarini. Por esa vía, a los 30’, llegó el empate. Mussis sacó el centro, Mauro Matos aguantó la pelota para que Romagnoli terminara pasando entre dos defensores y sacara un remate fulminante ante la salida de Marcos Díaz para el 1-1, que volvió a meter a San Lorenzo en partido, y que significó su primer grito propio frente a Huracán.
Cierto es que Abila estuvo otra vez cerca en una réplica, con un remate que se le fue arriba, pero a esta altura estaba claro que era San Lorenzo el que mandaba. A los 45’, en jugada de tiro de esquina, Caruzzo puso el 2-1 con el que los locales confirmaron su dominio. Ya en la segunda etapa, el penal fabricado por Romagnoli –hizo que Federico Vismara lo bajara innecesariamente dentro del área– le permitió a Matos, de penal, estirar la ventaja a 3-1. Para esa altura, la impotencia de Huracán era tan grande como las quejas recurrentes de Abila. Apenas un cabezazo de Toranzo que pegó en un palo y un mano a mano que el ingresado Edison Puch falló frente al bueno de Torrico, sacudieron un poco el ánimo de los visitantes.
En las tribunas del Nuevo Gasómetro, tras cuatro años de espera, la fiesta se completó con un repetido olé, olé, olé, mientras los jugadores de Bauza movían la pelota de atrás hacia adelante, de un costado hacia el otro, quizás un poco lejos del arco de Díaz pero bastante cerca de lo que desde las tribunas se les pedía.
Estadio: San Lorenzo.
Arbitro: Saúl Laverni.
Goles: 15 m, Toranzo (H); 31 m, Romagnoli (SL); 45 m Caruzzo (SL); 63 m, Matos (SL), de penal.
Cambios: 57 m, Puch por Gallegos (H); 65 m, Barrientos por Romagnoli (SL);
71 m, Ortigoza por Mussis (SL); 75 m Campana por Montenegro (H); 78 m, Verón por Blanco (SL).
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