FúTBOL › BOCA FUE UN POCO MáS QUE RIVER Y GANó BIEN EL PRIMERO DE LOS TRES SUPERCLáSICOS
El clásico por el torneo local se encaminaba hacia el cero a cero cuando Boca encontró buenas respuestas en el banco, metió dos goles y se quedó con los tres puntos. El jueves se abre una nueva historia por la Libertadores.
› Por Juan José Panno
“Queremos la Coooopa”, cantaron los hinchas de Boca segundos después del pitazo final, dejando claro por dónde pasa lo importante, ubicando la victoria sobre el clásico rival en el punto justo. Sin la Libertadores en el horizonte, el 2-0 seguramente se hubiera festejado largamente y se habría dimensionado de otro modo. Pero, como sea, tienen motivos para la alegría, aunque sea efímera: es mejor llegar a una serie decisiva con el antecedente fresco de una victoria, por cómo suelen funcionar los infladores anímicos de los futbolistas. Los de River también tomaron nota de ese hecho, aunque Gallardo se empeñe en decirles en las próximas horas que en casi todo el desarrollo del partido no hubo diferencias entre uno y otro, y trate de convencerlos de que cuando jueguen de locales todo va ser diferente.
No son pocos los dilemas con los que se enfrentaron amtes del primer duelo los dos entrenadores. Debieron dar respuesta encadenadas: “¿Pongo a los que hoy están mejor o guardo algo para el jueves?, ¿a quién preservo?, ¿hago pruebas para terminar de redondear un equipo?, ¿muestro todas las cartas o escondo algo?”. Y ahora, con la chapa puesta, con el resultado sobre la mesa después de los ensayos, disponen de más elementos para decir qué hacer en lo que se viene. Tal vez Arrubarrena se haya convencido de que Chávez no está para estas paradas; que Monzón tampoco; que Cubas puede jugar al lado de Gago y al lado de quien sea; que Pérez debe pelear el puesto con Meli y que Burdisso es una alternativa interesante si pasa algo con los centrales.
Gallardo, por su parte, debe haber analizado que Driussi está verde; que Kranevitter jugó un muy buen partido y no lo debe descartar para el jueves; que los que no actuaron ayer no cargan con el lastre anímico de la derrota. Por eso Funes Mori, Mayada y Pisculichi son candidatos de fierro para el duelo copero.
Los dos técnicos también evalúan jugadores y planteos distintos si toca jugar de local o de visitante. Pero la gran diferencia entre uno y otro es que Arruabarrena tiene más cartas en el mazo, más variantes a las cuales recurrir. El partido de ayer dio señales claras de cómo son las cosas. Boca es hoy un poco más que River. Cuando entraron Gago, Pavón y Pérez el equipo mostró otras intenciones y otro perfil. Más allá de la circunstancia concreta de que dos de esos tres marcaron los goles, lo que debe pesar en el análisis es que Boca, con ellos, fue más ordenado, menos acelerado y puso la pelota contra el piso, a veces bien, a veces mal, pero siempre intentando por esa vía. Es como si Gago contagiara a los demás y los hiciera ruborizar cuando tiran un pelotazo a cualquier parte.
Arruabarrena y Gallardo no necesitan ver el video del partido para saber que el primer tiempo fue mejor que el segundo; que gran parte del complemento fue verdaderamente espantoso; que hubo algunos momentos en que sus jugadores reventaron la pelota a cualquier parte y cometieron errores infantiles sin ponerse colorados.
Los 45 minutos iniciales fueron mejores porque se paró en el arranque para jugar de igual a igual, prescindiendo del entorno; porque Boca consiguió armar algunas buenas jugadas por su lado derecho, y porque hubo situaciones de gol, entre las que hay que destacar dos tiros en los palos, uno de Osvaldo y otro de Sánchez, entre otras llegadas. No dejó margen para el aplauso sostenido el período inicial, pero a la luz de lo que pasó después se mira de otro modo.
El partido se metió en una ciénaga en el arranque del segundo período y la suma de desaciertos, macanazos, pelotazos hacia la nada y choques absurdos condenaba al resultado a un oscuro cero a cero, hasta que en el final Boca tuvo un poco de lucidez, hizo un gol y se aprovechó del rival golpeado para clavar el otro.
Boca fue más y quedó mejor parado, pero el técnico y los jugadores muestran cautela. Después de todo, ni los hinchas festejaron demasiado.
Estadio: Boca.
Arbitro: Patricio Loustau.
Goles: 83m Pavón (B); 86m Pérez (B).
Cambios: 61m Gago por Chávez (B), 67m Pavón por Carrizo (B), 70m Cavenaghi por Gutiérrez y G. Martínez por Driussi (R), 79m P. Pérez por Meli (B), 86m Mayada por Mammana (R).
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