Matías Kranevitter y Leonel Vangioni, afectados por el líquido irritante que les fue tirado en la Bombonera, practicaron con normalidad con el plantel de River, que se prepara para el duelo del jueves ante Cruzeiro, en el estadio Monumental, por los cuartos de final de la Libertadores.

Leonardo Ponzio y Ramiro Funes Mori, también alcanzados por ese fluido, continúan recuperándose de la agresión que sufrieron y, aunque se presentaron en el entrenamiento en Ezeiza, no realizaron los trabajos del plantel. Se espera que hoy ambos futbolistas puedan practicar normalmente para que Marcelo Gallardo decida si los incluye en el partido del jueves.

Ponzio consideró que “la salud e integridad física de cuatro seres humanos cuesta 200.000 dólares” tras la sanción de la Conmebol. Kranevitter agregó: “La vida humana no vale nada”. Para Vangioni: “No se puede creer. Es una cargada todo esto”. “Otro bochorno más”, fue tajante Jonathan Maidana. Teófilo Gutiérrez aseveró: “Vergüenza sudamericana” y Eder Alvarez Balanta manifestó: “¡Esto es un papelón! Hay que hacer algo”.

Por su parte, el juvenil Sebastián Driussi se mantenía “estable” internado en el Sanatorio de los Arcos, producto de un síndrome meníngeo, y fue visitado por algunos integrantes del equipo y dirigentes, según informó el club. Se le practicó al jugador un análisis de sangre que dio “resultados positivos” y “se le hizo una tomografía computada y un encefalograma”, al tiempo que se detalló que también padece trastornos “gastrointestinales”. Los médicos Pedro Hansing, a cargo del plantel, y Luis Seveso, acompañan a Driussi.

Difícilmente el jugador pueda viajar con el Sub-20 al Mundial de Nueva Zelanda, aunque el entrenador del juvenil, Humberto Grondona, dijo que aguardará hasta hoy para ver las recomendaciones de médicos. En tanto, Emanuel Mammana podría jugar el primer partido ante Cruzeiro y luego viajar a Oceanía.