Sin rumbo, sin público, sin ideas y vacío. Totalmente vacío. Así se encuentra el fútbol argentino por estos días, donde el fatídico 14 de mayo pasado terminó de derramar una de las gotas más tristes, por los episodios acontecidos en el estadio de Boca. De esa manera, la Bombonera permanece suspendida y el equipo tuvo que recibir a Aldosivi a puertas cerradas. El silencio y la desolación se apoderaron de la escena y, casualmente, como aquella fecha, también hubo que lamentar ayer la pérdida de otro futbolista, de Atlético Paraná, en este caso por un problema coronario, que le puso aún más luto a un espectáculo que languidece. Así, el show ya no parece continuar de la misma manera.

La sensación que se vivió ayer en la cancha de Boca fue de impotencia, al ver cómo un miembro de la seguridad privada permanecía en esa tribuna baja de socios norte, custodiando a la nada en el mismo lugar donde se desató la barbarie sobre los jugadores de River. Demasiado tarde.

Para colmo, cuando empezó a circular la pelota, empezaron a sonar bombas de estruendo desde los alrededores del estadio. Los hinchas se habían convocado por las redes sociales en la esquina de Pinzón y Palos, para “hacerle el aguante” al plantel.

Ese esfuerzo no sirvió de mucho, debido a que Boca pareció acusar el golpe de tanto despropósito y no estuvo a la altura de un compromiso que terminó siendo un entrenamiento con puntos en disputa. La primera derrota en el torneo para el líder dejó la muestra de que todo será diferente después de la eliminación en la Copa Libertadores. Una parte del ciclo finalizó allí, y a partir de ahora se inicia otra etapa.

No sólo la gente, sino también el juego de Boca estuvieron ausentes frente a los marplatenses. La ventaja que sacaron cuando apenas habían pasado siete minutos (Lequi convirtió con un cabezazo) fue irremontable para el local. Ni siquiera un penal a favor –Osvaldo le erró al arco– y las situaciones que fueron convirtiendo al arquero Pablo Campodónico en el hombre más determinante, alcanzaron para cambiar la imagen.

El segundo gol de Aldosivi, de Roger Martínez, a los 11 minutos del segundo tiempo, terminó de sentenciar a su rival. Boca no tuvo respuestas colectivas para equilibrar la situación y mucho menos cuando se quedó con un jugador menos por la expulsión de Pablo Pérez. La acumulación de delanteros no fue la solución que buscó el técnico Arruabarrena, ya que la falencia principal estaba en la producción de jugadas en ofensiva. El único que pareció aportar un poco de inteligencia fue Lodeiro, pero curiosamente fue reemplazado cuando pasó media hora de ese período.

Un error de Monzón cuando pasó la pelota hacia atrás terminó en el tercer gol de los visitantes, a través de Vildozo, que volvieron a ganar en ese terreno luego de 40 años. Esta vez no tuvieron a quién saludar los futbolistas de Boca, que dejaron la cancha con dolor, pero sobre todo con mucha tristeza por lo poco que pudieron ofrecer.

El club cumplió con la primera fecha de sanción y todavía no se sabe con certeza el día en que los hinchas podrán volver a observar al equipo de cerca. Mientras tanto, la desidia se apodera de un equipo que no logra salir de su propio laberinto.

Estadio: Boca.

Arbitro: Pablo Díaz.

Goles: 7m Lequi (A); 56m R. Martínez (A); 88m Vildozo (A).

Cambios: 59m Palacios (4) por Carrizo (B), 67m Bentancur por Peruzzi (B), 75m Galván por Capurro (A), 77m Calleri por Lodeiro (B), 80m Vildozo por R. Martínez (A), y 82m Carranza por Lagos (A).

Incidencias: 30m Osvaldo (B) desvió un penal; 58m expulsado Pérez (B).