Desde que volvió al club de sus amores, Carlos Tevez jugó once partidos (ocho por el campeonato, tres por la Copa Argentina) de los cuales Boca ganó diez y perdió solo uno, ante Unión. Los hinchas saben eso –o al menos lo sospechan– y por eso ayer terminaron entonando con más fuerza que nunca el canto convertido en himno: “Que de la mano/ de Carlos Tevez/ todos la vuelta/ vamos a dar”. Ayer, Tevez volvió a ser figura, metió un gol (el octavo desde su regreso) y una vez más marcó distancias con el resto. Tevez juega, hace jugar, manda, ordena, contagia, condiciona al árbitro, da pases de gol, hace de vez en cuando algún lujo y la gente empieza a sentir que con él todo es posible. Para ser justos hay que decir que, ayer al menos, todo era posible más que nada por la escasa resistencia que opuso Banfield.

El supuesto cuco que llegaba a la Bombonera con un invicto de ocho fechas y el antecedente de buenas actuaciones y lindos goles, jugó muy mal. Vivas plantó una línea de tres (Bianchi Arce, Domingo, Vittor en el primer tiempo; Vittor, Bianchi Arce y Civelli en el segundo) mostró en los papeles la intención de jugar de igual a igual, con mucha gente arriba, pero la realidad es que fue un equipo híbrido, muy largo, que regaló mucho espacio atrás, tuvo poca precisión en el medio y casi no generó situaciones de gol en 90 minutos. Apenas se le pudo anotar un centro de Cuero que atravesó todo el arco y un tiro de Yeri que atajó sin dificultad Orion.

Frente a ese rival que no pudo asimilar el gol de Peruzzi en el amanecer del partido y que se quedó con uno menos tras la doble amarilla a Yeri, Boca tuvo la fiesta servida y la aprovechó, aunque tardó demasiado en resolver el pleito.

La sensación que flotaba en la Bombonera cuando se cerró el primer período con un escaso 1 a 0 era de cierto temor de que con el paso de los minutos Banfield levantara la puntería y terminara empatando un partido en el no había equivalencias en ningún terreno. Boca tardó casi una hora de juego en convertir su segundo gol porque Lodeiro no andaba derecho para el arco y porque Bologna no retenía una pero las sacaba todas cuando lo buscaban de media distancia. Pateaba Lodeiro, devolvía Bologna; ensayaba Colazo y volaba el arquero; se animaba a darle de lejos Calleri y Bologna seguía apuntando para figura. La cortina del partido se bajó cuando Calleri debajo del arco conquistó su gol (el noveno en el torneo) a la salida de un corner.

Una mirada parcial sobre el rendimiento de Boca en relación a Banfield puede hacer creer que los visitantes fueron borrados por el mejor juego de su rival. Algo de eso hay: Díaz hizo todo fácil en la línea de fondo y desactivó algunos intentos de Simeone; Monzón y Peruzzi, cada uno a su tiempo, casi no tuvieron apremios con Cuero; Erbes impuso su presencia e el medio, Bentancur hizo todo simple (debería animarse y arriesgar un poco más porque está claro que condiciones le sobran) y Calleri acompañó muy bien a Tevez.

El cóctel de lo que hizo bien Boca y todo lo que hizo mal Banfield, era lógico que se sirviera con un gol de Tevez. El ídolo bajó la pelota de cabeza, Calleri corrió varios metros hacia el arco y en el momento preciso, generosamente, cruzó para que Tevez empujara la pelota a la red, con las mismas ganas con las que empuja a Boca... ¿hacia un nuevo título?

Estadio: Boca.

Arbitro: Silvio Trucco.

Goles: 3m Peruzzi (B); 60m Calleri (B), 79m Tevez (B).

Cambios: 65m Bettini por Erviti (Ban), 66m Viatri por Simeone (Ban), 75m Cristaldo por Colazo (B), 81m Chávez por Tevez (B), 84m Fuenzalida por Bentancur (B), 87m Calzada por Cazares (Ban).

Incidencias: 55m expulsado Yeri (Ban), doble amarilla.