Lunes, 2 de noviembre de 2015 | Hoy
FúTBOL › LA BOMBONERA FUE UNA FIESTA ANTES, DURANTE Y DESPUéS DEL PARTIDO
Los jugadores xeneizes festejaron el primer título en cuatro años como un gran desahogo. Los hinchas acompañaron llenos de euforia. Hubo vuelta olímpica y fuegos artificiales. Por la noche, los festejos siguieron en el Obelisco.
Por Adrián De Benedictis
El golpe anímico que significó despedirse de la Copa Libertadores ante su máximo rival había quedado muy atrás en el tiempo. Y la derrota sorpresiva ante el ascendido Aldosivi, que le siguió a aquella eliminación, también. Boca pudo superar todas esas adversidades en el campeonato y llegó ayer a la cima luego de cuatro años. La cancha se vistió como en sus mejores jornadas, para recibir el título número 25 en la era profesional. El momento del festejo llegó, con el agregado de que pasado mañana puede extenderse en Córdoba, cuando afronte la final de la Copa Argentina ante Central. En el regreso de una competencia extremadamente larga, rompió la sequía con un plantel de jerarquía absoluta.
Por ese motivo se lo ve así a Carlos Tevez, el emblema, a pesar de que se sumó al grupo en la segunda parte del año, subido al travesaño del arco donde se instala el grueso de la hinchada. El hombre que regresó desde Italia en plenitud no puede parar de delirar junto a sus compañeros. Más allá de que está acostumbrado a esto, siente algo diferente por la camiseta que tiene puesta. A él lo siguen Daniel Díaz, el capitán que frente a Tigre no jugó por estar suspendido, pero que estuvo en el campo para levantar la copa.
Y todos se bañan con espuma mientras dan la vuelta olímpica, y el cielo se ilumina con los fuegos artificiales que lanzan desde afuera. Los más chicos, como Cubas, Bentancur, Palacios, Pavón y Komar disfrutan el placer de la primera vez en una entidad rica en historia. Otros tampoco quieren que la noche termine, ya que llegaron al club justamente para ello: Calleri, Pérez, Meli, Lodeiro, Peruzzi y varios más. Pero hay nombres que también fueron campeones ayer aunque ya no están. Torsiglieri, Carrizo, Osvaldo y Burdisso contribuyeron para sumar una estrella más.
Los futbolistas se lanzan en palomita frente a unos arcos inflables, en donde figura una leyenda que ya quedó impregnada en el corazón. “Todo volvió a la normalidad.” Esas fueron las palabras que Tevez utilizó luego de ganar el Superclásico en la cancha de River. La victoria que le dio el empujón final para alcanzar la consagración.
El público permanece en sus lugares observando todo ese despliegue de alegría y felicidad. Los recuerdos quedan grabados en las cámaras y en los celulares, que le dan una escenografía aún más cálida con sus luces desparramadas por todas las tribunas.
Boca volvió a sonreír después de algunos tropiezos, y no quiere que se detenga el momento por nada del mundo.
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