Se equivocaron aquellos que ningunearon el torneo local pensando que había un solo descenso. En verdad, hay cinco, pero repartidos en un año. A fines de mayo próximo, bajará apenas un equipo a la B Nacional. Y a mediados de 2017, empezará la depuración en serio: se irán cuatro clubes y subirán dos, con la idea de llegar en 2020 a los 22 conjuntos en Primera A.

Hoy por hoy, Sarmiento (0,921) y Argentinos (0,946) parecen los más complicados. Pero Temperley (1,026), Atlético de Rafaela (1,063) y en menor medida Patronato (1,125) no pueden cometer ningún desliz. Tal vez tengan resto para salvarse este año. Pero si no levantan la puntería, la permanencia en 2017 se les puede convertir en una cuesta demasiado empinada.

Más que técnico, un verdadero especialista en emergencias, Ricardo Caruso Lombardi tendrá que sacarle el jugo a un plantel nutrido pero poco jerarquizado como el de Sarmiento, que enfrentará a dos grandes en las próximas fechas (Independiente de local y a River de visitante), y que luego se medirá dos veces con Tigre (visitante y local) y con Colón (L), Banfield (V), Patronato (L) y Olimpo (V). Ninguno de estos cinco equipos parece inaccesible. Pero las presiones habrán de jugar su parte si pasan las fechas, los resultados no se dan y el descenso tan temido, de amenaza se transforma en realidad.

Argentinos tiene peor programa que los juninenses. En los nueve partidos que le faltan (hoy recibirá a Huracán en el encuentro pendiente de la 4ª fecha), será visitante de San Martín de San Juan (9ª), Racing (11ª), Vélez (12ª), Unión (14ª) y Atlético de Rafaela (16ª) y local ante Newell’s (10ª), Boca (13ª) y Lanús (15ª). Además, el equipo no rinde: es uno de los dos que menos goles ha marcado (cinco) y más goles le han anotado (19).

Debe apostar a que Sarmiento no arranque y a que Temperley, Rafaela y Patronato se caigan más de lo que están. Si sucediera lo contrario, Argentinos corre serio peligro de irse otra vez.