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Lunes, 4 de febrero de 2008

CONTRATAPA

Minicuentos V

 Por Juan José Panno

Puntos de vista sin onda

El arco, calcula el arquero en el penal, mide 732 kilómetros de largo por 244 kilómetros de alto y no hay por lo tanto ninguna posibilidad de atajar.

El arco, calcula el delantero a punto de rematar, mide 732 milímetros de largo por 244 milímetros de alto y no hay por lo tanto, ninguna posibilidad de convertir.

Este tonto lo erra –piensa un hincha del equipo del delantero.

Este tonto no la ataja ni aunque le patearan a las manos –piensa un hincha del equipo del arquero.

Al final no se sabe qué paso.

Este tonto no sabe cómo terminar el cuentito y por eso dejó un final abierto –piensa el lector.

Onomatopeyas

La pared no era un recurso para los tipos; era un vicio. Una vuelta, sobre el final de un partido en un torneo de verano, en Guadalajara, arrancaron desde la posición de marcador lateral derecho: tomá, esa, vení, dale, ole, tiqui, tuqui y los rivales iban quedando desparramados en el camino, esa, tuc, venga, mía, tuya, tiqui, taca, y llegaron hasta el ángulo opuesto, a la posición de wing izquierdo, después de cruzar el área evitando con elegantes contorsiones los guadañazos de los rivales, arquero incluido, que se habían enfurecido con el toqueteo de los tipos que amagaban ir al gol pero no iban y siguieron tiqui, tic, tiqui, tic, tuc, tiqui, tac, tuqui, pim, tuc hasta que el árbitro pip, pip, pip dio por terminado el partido y hubo que definir por penales.

El décimo mandamiento

Cuando lo convocaron para jugar en la selección el joven crack recibió una breve esquela de aquel hombre que había sido su descubridor en las divisiones inferiores, con diez mandamientos. Leyó:

Primero: No harás caños.

Segundo: No pisarás la pelota.

Tercero: No harás jugadas de distracción.

Cuarto: No le pegarás de chanfle.

Quinto: No harás sombreros.

Sexto: No olvidarás que ganar no es lo más importante sino lo único.

Séptimo: No pensarás en el hombre de la tribuna.

Octavo: No te saldrás nunca del libreto que te dé tu entrenador.

Noveno: No harás ninguna jugada de lujo.

Décimo : No harás caso de ninguno de los mandamientos anteriores.

El crack recordó una vez más con mucho cariño a aquel sabio viejo bromista.

Arco vencido

Palo I: –Eyyy, primer palo.

Palo II: –Primer palo vos, mirá dónde está la pelota.

Palo: –Bueno está bien. Escuchame, segundo palo.

Palo II: –No, no, ahora soy el primer palo, la pelota está más cerca mío. Es triste pero es así: nuestra identidad depende de lo que hagan otros.

Palo I: –Yo tengo otras dudas existenciales. Más profundas, creo.

Palo II –A ver.

Palo I : –¿Por qué nos dicen palos si somos de fierro?

Palo II: –Porque antes éramos de madera, supongo.

Travesaño: –Ustedes siguen siendo de madera. Je.

Palo I: –Callate grandote, me tenés podrido. Siempre tirado ahí, siempre horizontal y encima te tenemos que sostener nosotros.

Travesaño: –Ustedes son lo que son gracias a mí. Si yo no estuviera, en vez de ser un arco, serían postes de luz.

Poste II: –Mirá lungo...

Travesaño: –Y a mucha honra. Yo mido 7,32 no como ustedes que apenas llegan a los 2,44. Hagan la cuenta, se necesitan 3 de ustedes para uno como yo: 2,44 por 3 que da?

Poste I: Y si no estuviéramos nosotros vos serías una barrera de tren

Travesaño: Nadie es más fuerte que yo. Cientos de equipos se cuelgan de mí.

Poste II: Mirá que dejamos de sostenerte y...

(Noticia publicada en los diarios del día siguiente: “Inesperadamente se cayó el travesaño del estadio Olímpico sin ninguna razón aparente: no había viento ni nadie lo tocó. Tuvieron que suspender el partido.”)

Perfecto asesino

Sube por las escaleras sin apuro, casi en puntitas de pie. Mira a los costados sólo de reojo. Se lo ve tranquilo, seguro de cada uno de los movimientos. Lleva una valija de cuero alargada y fina. En el interior está el instrumento. Una vez en la terraza se recuesta contra una pared, estira sus piernas largas, abre la valija y empieza a armar, pieza por pieza, el poderoso rifle de mira telescópica. Se parapeta y espera. Sabe que no puede fallar. Le apunta al corazón del arco contrario y no falla: gol. Gol de Ronaldo.

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