Novak Djokovic ya es, de hecho, el mejor tenista del mundo. Por cuarta vez consecutiva superó a Rafael Nadal, el número uno del ranking, en una final de Masters 1000: Indian Wells, Miami, Madrid y ahora Roma. Tras dos horas y doce minutos de partido, el tenista de Belgrado se impuso 6-4, 6-4, adjudicándose su séptimo título del año, el cuarto Masters 1000 (todos contra Nadal), y sumó su 37ª victoria consecutiva de la temporada en el circuito ATP. Sólo con llegar a la final de Roland Garros, torneo que arranca el próximo domingo, sellará en los papeles lo que es evidente en las canchas.

Nadal y Djokovic se han enfrentado en un total de 27 ocasiones, con un balance que, pese a la derrota de ayer, sigue siendo favorable al español con 16 victorias. Sin embargo, si se cuentan sólo los encuentros de este año, Djokovic se impone como claro vencedor con las cuatro victorias obtenidas en finales. En Roma ganó cinco partidos cediendo solamente un set y 21 juegos.

Unas victorias y una trayectoria que suponen una inyección extra de moral en su asalto a Roland Garros, que comienza el próximo 22 de mayo y que todavía se le resiste al tenista serbio. Es precisamente en París donde Djokovic dispondrá de una de sus mejores oportunidades para arrebatarle a Nadal el número uno del mundo, ya que mientras “Nole” defiende cuartos de final, el español cerró 2010 como campeón.

Nadal colmó de elogios a su verdugo: “Desde hace rato que está en un nivel diferente al del resto de jugadores. En los momentos importantes es increíble. Estoy haciendo todo lo que puedo, no puedo pedir más. Lo estoy intentando y lo hago muy bien, pero hay un jugador que es mejor que yo”.

Durante la ceremonia de entrega de los trofeos, Nadal felicitó al serbio por “la fantástica temporada que está haciendo”, agradeció el apoyo y las muestras de cariño recibidas en estos días y cerró diciendo: “Espero que nos veamos el año que viene”.

La final de Roma empezó con tres horas de retraso debido a la lluvia, lo que regaló a Djokovic un poco de tiempo extra para recuperarse del duro encuentro que jugó en la noche del sábado contra el británico Andy Murray, en el que llegó a estar a sólo dos puntos de la derrota y que acabó decidiéndose en el tie-break.

El primer set estuvo marcado por la paridad y hubo que esperar al octavo juego para ver la primera bola de break, que el serbio supo aprovechar para ponerse por delante 5-3. Nadal aguantó la embestida y le devolvió la rotura de servicio, pero acabó cediendo terreno al juego siguiente.

El serbio, al que se vio de nuevo haciendo estiramientos en el fondo de la cancha como hiciera el sábado ante Murray, hizo gala una vez más de su fortaleza mental y logró sacar partido de situaciones que le habrían dificultado el encuentro.

Con el partido en contra, Nadal cedió su primer saque del segundo set, pero se repuso en el juego siguiente. Empezó a mostrar su mejor juego y con 3-4 en el marcador ganó su saque. Sin embargo, esta mejoría no bastó para forzar el set del desempate, ya que el serbio ganó su servicio en el siguiente juego y luego sentenció el encuentro en la cuarta bola de partido.

Con su victoria, Djokovic repite su hazaña de 2008, cuando se coronó campeón en Roma ante el suizo Stanislas Wawrinka, la única ocasión de los últimos seis años en la que Nadal no se hizo con la victoria.