A Lionel Ugalde le gusta mucho el circuito de Mar de Ajó, tanto como a Guillermo Ortelli, el campeón de TC y máximo ganador en ese escenario. Allí, el marplatense comenzó su campaña en el automovilismo zonal, allí ganó una carrera en 2009 y allí también vivió una de sus grandes amarguras en el Turismo Carretera. Fue un año atrás, en la apertura del torneo 2011, cuando se le escapó el triunfo de una manera absurda, al romperse la columna de dirección de su Ford. Esa victoria esquiva lo persiguió luego a lo largo del año, le quitó grandes chances de pelear por la corona sobre el cierre del torneo.

“Lo mejor es sumar buenos puntos en la carrera, para no tener que cargar tantos kilos de lastre hasta el final –reflexionaba el viernes el actual subcampeón del TC, cuando su Ford se hacía notar en la primera clasificación–. Pero si se puede ganar, no hay que dejar pasar la oportunidad, porque por ahí después se hace más difícil...” El particular sistema de campeonato de TC, con lastres y Copa de Oro, obliga a practicar una alquimia ajustada para jugar el rol de candidato. Ugalde no era el único que reflexionaba así. Sin embargo, ayer era el que encarnaba el dilema. Lo resolvió con decisión. Dentro de quince carreras sabrá si acertó.

“El año pasado me quedé a las puertas del título –explicó–, y arrancar la temporada con un triunfo es algo así como una revancha y una gran motivación para lo que viene. Cuento con una herramienta para dar batalla en todos los circuitos, así que tengo muchísima ilusión.”

Con 39 años y con 127 competencias corridas en TC, Ugalde representa la vieja tradición de la categoría, la del piloto que se aboca a la preparación de su propio auto, en su taller. “Tuvimos que meter mucha mano en el chasis con mi hermano, que es quien ahora me ayuda en la puesta a punta del auto. No me gusta mucho trabajar, pero esta vez tuve que hacerlo”, agregó. “También fue muy importante el motor que me entregó Alejandro Garófalo. La verdad es que tuve un auto contundente en todos los sectores del circuito.” Ugalde recibió el trofeo de manos del vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, también nacido en Mar del Plata.

Dentro de una carrera sin grandes atractivos, la victoria de Ugalde fue incuestionable. No le ofreció resistencia Néstor Girolami, que tras ganar la primera serie recordó a Guido Falaschi, algo que había evitado tras quedarse con la pole-position el sábado, y luego se fue llorando desconsolado de la conferencia de prensa posterior al podio. Con muchos problemas completó el podio Agustín Canapino, manejando el Chevrolet accidentado en aquella trágica carrera de Balcarce en la que Falaschi perdiera la vida. La estrella de la carrera fue Christian Ledesma, que superó a dos rivales (Castellano y Rossi) para poner alguna pizca de emotividad a las 25 vueltas.

Lo insólito sucedió en la primera serie, cuando el campeón Ortelli hizo un trompo para esquivar al auto del entrerriano Martínez. Para evitar al Chevrolet campeón, Diego Aventín se salió de pista, mientras que Martínez y Ortelli pudieron proseguir. Lo que parecía una incidencia de la competencia fue catalogado por los comisarios deportivos como una falta grave, por lo que decidieron excluir al campeón de la final.

La resolución de las autoridades fue criticada abiertamente por varios participantes, entre ellos Norberto Fontana, compañero de equipo de Ortelli, y por el director técnico del equipo Dole, Guillermo Kissling, que se mostró sorprendido por la “insólita e injustificada sanción” que privó a los hinchas del automovilismo de ver en acción al campeón. “Es la primera vez en mi carrera deportiva que me excluyen por hacer un trompo”, se lamentó el piloto de Salto. Increíble.

La Carrera

TC. 1ª fecha,

Mar de Ajó

25 vueltas, 117,391 km.

Promedio del ganador: 163,163 km/h.

Record de vuelta: Canapino, en la 3ª, 1m41s661, a 166,282 km/h.

Campeonato: Ugalde 25 puntos, Girolami 23, Canapino 18, Ledesma 14,50, Savino y Castellano 12,50, Giallombardo 11, Juan 9,50 y López 8.

Próxima competencia: 4 de marzo en Paraná.