CONTRATAPA › EL MARPLATENSE FUE VERDUGO DE RAFAEL NADAL EN VIñA DEL MAR
Venía de darle el triunfo al equipo argentino de Copa Davis y ayer se transformó en el tercer tenista que vence al español en una final sobre polvo de ladrillo: comparte el logro nada menos que con Djokovic y Federer...
Horacio Zeballos completó una semana inolvidable. Luego de haber participado en la clasificación del equipo argentino de Copa Davis en la serie ante Alemania, el marplatense consiguió ayer su primer título de ATP. Y claro, detalle no menor: lo logró en un partido inolvidable al derrotar en tres sets a Rafael Nadal, ex número uno del mundo, sobre el polvo de ladrillo de Viña del Mar. De esa manera, tras el 6-7 (2), 7-6 (6), 6-4 en 2 horas 45 minutos, el zurdo sumó el 201º para el tenis argentino y tomó la posta de Juan Mónaco, que se había quedado con el certamen en la edición anterior.
“Preparándome para enfrentar a Dios en la cancha de tenis”, escribió Zeballos en su cuenta de Twitter, antes del encuentro ante Nadal. Pero adentro de la cancha no lo consideró como tal. Lo forzó a un partido largo, lo obligó a un gran desgaste y nunca se dio por vencido. Ni siquiera tras el primer set, que se le fue en el tie break. Las estadísticas no lo ayudaban: hasta ayer, Nadal tenía un record 210-2 tras llevarse un set inicial sobre polvo de ladrillo. Y sobre esa superficie apenas tenía dos finales perdidas en toda su carrera, ante un tal Roger Federer y un tal Novak Djokovic.
Pero Zeballos, hasta ayer 73º en el ranking mundial, siguió con su juego y tuvo su premio con el tie break del segundo set. Con un saque impecable, el doblista argentino había podido mantener su servicio durante todo el juego y había llevado a Nadal a un tercer set. No era poco. Y más cuando el español lo quebró en el inicio del parcial decisivo. Pero el marplatense devolvió gentilezas en el siguiente juego y así llegaron igualados hasta el octavo game. Allí, a Zeballos no le tembló el pulso, mantuvo su saque y quebró en cero sobre Nadal para quedarse con el primer e inolvidable título de su carrera.
Hasta esta semana, lo mejor de Zeballos en el circuito había sido en 2009, cuando perdió la final de San Petersburgo ante el ucraniano Sergiy Stakhovsky. Una seguidilla de títulos en challengers y aquella final sobre cemento le permitieron instalarse 41º en el ranking, posición que nunca más pudo conseguir y que ahora arañará tras su victoria de ayer. Luego, una semifinal en Houston perdida ante Juan Ignacio Chela en 2010 y dos veces cuartos de final –Moscú y Buenos Aires ese mismo año– habían sido sus mejores resultados en el circuito. Una manera de dimensionar el significado que tiene este éxito en su carrera.
Así, a los 27 años, Zeballos cumplió el sueño que tenía casi desde que nació, cuando su papá, también de nombre Horacio, le puso una raqueta en la mano. Profesor de tenis, comentarista televisivo y dueño de un club de tenis sobre la avenida Edison, Zeballos padre fue su primer profesor, al igual que el de Carolina, su hermana más chica y también tenista. “Es el partido que deseaba toda la vida, jugar una final contra uno de los jugadores más grandes de la historia del tenis”, comentó Zeballos entre lágrimas. “Creo que jugué el mejor partido de mi vida, disfruté desde que entré en calor hasta ahora. Este momento es único. Esto no se va a dar muchas veces”, indicó el argentino, que la semana pasada se había envuelto en una polémica por un irónico “¿quién?” cuando le preguntaron sobre un posible saludo de Juan Martín Del Potro en la conferencia de prensa posterior al triunfo ante Alemania. Durante la semana pidió disculpas cada vez que lo consultaron y remarcó que no le había querido faltar el respeto al número uno argentino.
Del otro lado, Nadal no pudo ocultar su bronca por la derrota, en su regreso al circuito tras siete meses de ausencia por una lesión en la rodilla. Sin embargo, igual felicitó al ganador y valoró su retorno. “Quiero felicitar a Horacio por el gran torneo que ha hecho. Ha sido una de las semanas más bonitas de los últimos tiempos. Llevo tiempo sin sentir algo así, nunca voy a olvidar esta semana. Aunque no haya podido ser para mí, el hecho de estar aquí es un triunfo”, resaltó un frustrado Nadal, que ahora a los nombres de Djokovic y Federer tendrá que sumar a Zeballos entre los tenistas que le ganaron una final sobre polvo de ladrillo.
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