CONTRATAPA › OPINIóN
› Por Adrián De Benedictis
El diciembre mágico que vivió River parece haber quedado ya muy lejano. El placer de lograr un título internacional, con el agregado de haber dejado en el camino a su máximo rival, quedará como un recuerdo difuso si el equipo no consigue avanzar de ronda en la Copa Libertadores. Ni siquiera la Recopa Sudamericana, obtenida el mes pasado frente a San Lorenzo, podrá cerrar la herida que significaría un traspié en el actual certamen continental. La obsesión de River por este título que sólo pudo ganar en dos oportunidades (1986 y 1996) es enorme, y por ello reservará a sus mejores hombres para el partido del jueves ante Juan Aurich de Perú, dejando al margen lo que pueda ocurrir esta noche en Sarandí, frente a Arsenal, cerrando la quinta fecha del torneo de Primera.
Cuando faltan tres encuentros para cerrar la zona, la situación en la que se encuentra River es riesgosa, debido a que se ubica último con apenas dos puntos. Pero lo más preocupante es que aún no ha podido lograr una victoria ante rivales que no cuentan con protagonistas de mayor jerarquía que los del conjunto de Núñez.
El técnico Marcelo Gallardo sabe que el rendimiento de algunos jugadores no es el del año pasado, y que de esa manera el juego admirable que exhibía no aparece por estos días. En ese sentido, si frente a los peruanos tampoco logra alcanzar los tres puntos, el cimbronazo será muy fuerte por la esquina de Figueroa Alcorta y Udaondo.
River se presenta ante la primera encrucijada de este 2015, ya que una eliminación temprana de la Copa no sólo traerá inconvenientes en lo económico, sino también en el futuro del proyecto futbolístico. La política que aplicaron los dirigentes durante el verano, para retener a los jugadores que fueron campeones de la Su- damericana, sufrirá modificaciones cuando finalice la Libertadores, luego de la Copa América, sobre todo si no consigue su anhelo: participar del próximo Mundial de Clubes en diciembre próximo.
Los futbolistas de mayor peso no podrán ser retenidos si no se consigue el objetivo, y la necesidad por vender puede desembocar en un desmantelamiento grande.
Por todo eso, River entiende lo que representa la Copa para la institución, y estará enfocado en los tres duelos que restan de su grupo.
El interrogante principal será saber si este grupo de jugadores es capaz de darle al club la estrella más deseada, a pesar de no tener la extensión de protagonistas que hubiera preferido su entrenador. Las semanas próximas serán decisivas para el futuro de River, y el jueves tendrá su primer encuentro decisivo de este semestre. River vuelve a transitar con la adversidad persiguiéndolo de cerca, pero teniendo en claro que ha salido airoso de situaciones más comprometedoras.
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