Lun 12.11.2012
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BOXEO › OPINIóN

A Reveco le sobró boxeo

› Por Daniel Guiñazú

Puede llamar a engaños decir que Juan Carlos Reveco terminó con dos cortes profundos y sangrantes debajo de sus dos cejas y una herida más en el pómulo derecho. Puede indicar que el mendocino sufrió más de la cuenta su pelea de la madrugada del domingo ante el mexicano Julián Rivera. Y que hasta la terminó perdiendo. Pero en realidad no fue así. El mendocino paseó sobre el ring del Polideportivo Malal-Hue de Malargüe, en Mendoza. Y retuvo con tanta holgura su título interino de los moscas de la Asociación Mundial que los jurados lo dieron ganador por fallo unánime con ventajas de 12,5, 13 y 13 puntos en sus tarjetas. Los cómputos de Líbero fueron algo más cautos: apenas si le reconocieron 11 unidades de ventaja (119/108) al pequeño campeón de las 112 libras.

Si Reveco (50,800 kg) terminó lastimado, fue más por su facilidad para cortarse que por la verdadera oposición que Rivera (50,800) pudo ejercerle. El azteca lo dejó trabajar con soltura al mendocino, nunca conectó con golpes vigorosos a lo largo de los 36 minutos que duró el combate y apenas si se mostró duro para tolerar los estiletazos que Reveco le clavó con su izquierda al hígado. Digno pero sin convicción de victoria, Rivera fue un adversario ideal para que el campeón se luciera ante su público y para que reimpulsara su carrera, estancada tras las desavenencias comerciales que lo llevaron de Osvaldo Rivero a Mario Arano y ahora, de Arano a Rivero.

Una sola crítica puede formulársele a Reveco, y es que acaso debió haber apurado más para forzar una definición categórica y anticipada. Pero después se lo vio bien en casi todo. Firme para combinar su zurda en gancho al cuerpo y repetirla cruzada a la cabeza, medido para no dejarse llevar por la ansiedad de la gente y veloz de piernas y brazos para achicar la distancia (Rivera tenía más alcance que él), construyó una actuación alentadora que, sin embargo, no debería darlo por conforme.

Ya se sabe que Reveco está para más. Y que podría frustrarlo la repetición de peleas de bajo riesgo como ésta ante Rivera. El mexicano sirvió para volver a poner en marcha la máquina de pelea. Pero su brújula pugilística debería estar orientada en otra dirección. El próximo sábado pelearán entre sí en Los Angeles los campeones moscas de la AMB, el azteca Hernán “Tyson” Márquez, y de la OMB, el hawaiano Brian Viloria. En 2013, uno de los dos debería ser su rival.

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