Por P.V.

Qué campeonato! Los pilotos de Ford ganaron más carreras, los de Chevrolet dominaron el torneo de la primera a la penúltima fecha y uno de Dodge, el que mejor muestras de manejo dio a lo largo del año, lo ganó en las últimas diez vueltas de la última carrera. A los 45 años, Ernesto Bessone acaba de cerrar la mejor quincena de su campaña de su vida, que abrió dos semanas atrás ganando el campeonato de Turismo Nacional Clase 3 y que clausuró ayer, extenuado, en el Autódromo de Buenos aires, conquistando su primer título de Turismo Carretera, el primero que un Dodge logra en 15 años...
“Este título llegó en un momento personal muy bueno, en donde en mi vida está todo ordenado. Por eso tengo que reconocer que éste es el día más feliz de toda mi carrera deportiva”, reconoció el flamante campeón.
Lamentablemente, la definición no resultó tan extraordinaria como se preveía. Christian Ledesma, que había llegado a Buenos Aires como líder, mostró que algunas de sus quejas, por la falta de potencia del motor de su Chevrolet, tenían cierto asidero. El marplatense largó 14º en la final y jamás pudo meterse entre los diez, fuera de toda pelea. A mitad de carrera era dos segundos por vuelta más lento que Ortelli... “Estamos shockeados”, dijeron en el equipo de Christian Avila.
Mientras estuvo en la pista, tampoco Guillermo Ortelli tuvo rival. Había ganado autoritariamente su serie, circulaba cómodo en el tercer lugar, detrás de Diego Aventín y de Omar Martínez, y la frenética remontada de Bessone (12º en la largada, 6º en la 11ª vuelta) se había acabado en el último tercio de la carrera, y el Chevrolet del campeón lucía más entero, con más resuello que el Dodge del aspirante, dispuesto a ganar su cuarto campeonato consecutivo. Pero a ocho vueltas del final...
“El auto venía bien, pero de golpe empezó a moverse muchísimo –relató Ortelli lo sucedido a partir de la vuelta 16–. Dos veces me fui afuera y en una frenada bloqueé muchísimo y me fui de pista.” La versión que circulaba responsabilizaba a un amortiguador. “Bessone ganó bien –reconoció el ex campeón–. Yo puse todo, pero no alcanzó. Igual estoy satisfecho, porque hasta ocho vueltas del final estábamos ganando el campeonato. Pero el automovilismo es así.”
Apretados en la tabla de posiciones, bastaba salir delante de los demás para ganar el título. De golpe, incluso con el despiste de Martínez, el título estaba resuelto, sin la disputa, sin la emoción prevista. “Sólo tuve que llevarlo para adelante”, reconoció un extenuado Bessone tras la carrera, coronando así una sorpresiva reacción en el último cuarto del torneo: después de haber ganado en Olavarría, a mitad de año, fue sucesivamente 19º, 8º, 29º, 25º y abandonado, pero reaccionó en Paraná (2º), en La Plata (4º), en 9 de Julio (2º) y ahora en Buenos Aires (4º). Esa, quizá, fue la clave de un título que festejaron todos, pero más que nada los que se oponían a la continuidad de la hegemonía de Ortelli.