AUTOMOVILISMO Y MOTORES › AUTOS DE ENSUEÑO
Peugeot 407
› Por Pablo Vignone
El diseño de la trompa tiene tal parecido con la Ferrari 550 Maranello que la pregunta es obvia: ¿la concepción es de Pininfarina? La respuesta es negativa, porque la aguzada felinidad es concepción de Gerard Welter, el jefe del departamento de diseño de la marca y que, en sus ratos libres, hace correr sus prototipos en Le Mans.
Viene en tres versiones: con motor naftero 2.2 (de 160 HP), diésel 2.0 (136 HP) y, la vedette del lanzamiento, la V6 tres litros, de 234 caballos, con caja manual de seis marchas o automática Tiptronic que se puede usar en sistema secuencial.
De Mar del Plata a Tandil, por la fabulosa Ruta 226, las tres versiones tienen la chance de mostrar sus aptitudes. Líbero arranca detrás del ex piloto de Fórmula 1, Gastón Mazzacane, que pronto se escapa en la ruta. “El V6 es una buena síntesis del confort y lo deportivo”, opina el piloto, que alcanza una velocidad máxima de 225 km/h. Los numerosos camiones que transitan entre el mar y las sierras permiten ensayar tanto la reacción del motor, incluida la versión diésel, como la maniobrabilidad de un auto de importantes dimensiones (4,67 metros de largo y 1,81 de ancho). No es para menos: la suspensión delantera, ya no una McPherson sino doble triángulo, es derivada del 406ST que ganara el Campeonato Alemán de Súper Turismo. ¿La aceleración? En la versión V6 pasa de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos.
Fabricado en Rennes, Francia, sobre la misma plataforma que el Citroën C5, sigue el camino de los medianos grandes de la marca, y su precio indica mejor que nada el segmento al que le apunta: la berlina naftera cuesta 103 mil pesos; la V6 3.0 trepa hasta los 136.500 pesos. “Nosotros pensamos que, en la Argentina, el 407 va a repetir el éxito que trae desde Europa”, apunta el director de comunicaciones de la marca, Daniel Moretti.