Michael Schumacher consumó el vuelco en el Mundial de Fórmula 1 al ganar el Grand Prix de China y arrebatar el liderazgo, faltando dos carreras, al español Fernando Alonso, que se hundió víctima del naufragio estratégico de Renault en Shanghai. Con el triunfo de Schumacher y el segundo puesto de Alonso, ambos suman 116 puntos, pero el alemán es líder porque logró 7 victorias contra 6 de Alonso, que no gana desde el 25 de junio en Canadá.

“Mirando hacia atrás, lo que hemos conseguido es un milagro”, sentenció radiante el alemán, que tras Montreal tenía 25 puntos de desventaja respecto de Alonso. Es la primera vez que Schumacher lidera el Mundial desde que ganó su séptimo título en el 2004 y puede ser campeón del mundo el próximo domingo en Japón si gana y Alonso no suma puntos. “Creo que habrá que esperar a la última carrera”, aventuró sin embargo Schumacher.

Eso desea Alonso, porque ya sólo puede alzar el título en Brasil, el 22 de octubre. Pudo ser peor: “Gracias a Dios pudimos terminar segundos”. La cara del campeón expresaba su enorme decepción. “Fuimos los más rápidos en mojado y en seco, así que estoy confiado para lo que queda. La próxima semana volveremos a salir a ganar.”

Schumacher y Ferrari protagonizaron una carrera perfecta con la pista mojada, pero secándose progresivamente. Partiendo desde la sexta posición, superó en las primeras vueltas a los Honda de Rubens Barrichello y Jenson Button y aprovechó el abandono del McLaren-Mercedes de Kimi Raikkonen para situarse tercero tras los Renault antes de la primera parada en boxes.

En la primera detención, el equipo francés empezó a regalarle el triunfo a Schumacher. Fisichella frenó a los demás y Alonso paró con más de 20 segundos de ventaja en la vuelta 23. Pero su equipo, de acuerdo con el piloto y con Michelin, le puso en el tren delantero unos nuevos neumáticos intermedios que fueron su tumba y su ventaja se desvaneció.

Así empezó a girar dos segundos más lento que Fisichella y Schumacher, que corrían juntos. “No pude hacer nada”, explicó el piloto de Renault. En la vuelta 29 lo pasó el italiano y en la siguiente lo hizo el alemán. El vuelco en el Mundial estaba consumado. Schumacher superó a Fisichella aprovechando un error del italiano en la salida de boxes y aceleró obviando las gotas que cayeron al final hacia uno de los triunfos más satisfactorios de su carrera.

Alonso puso fin a su suplicio con los neumáticos en la vuelta 35, con gomas sin dibujo, dado que la pista se estaba secando a toda velocidad. Pero la tuerca de la rueda trasera derecha se cayó en el momento más inoportuno y su Renault estuvo 19 interminables segundos en los boxes. Luego se lanzó a una furiosa remontada marcando sucesivos records de vuelta que le permitieron pasar a Fisichella y demostrar que estaba en plena forma y que no tuvo culpa alguna en el regalo del triunfo a su gran rival. Llegó a tres segundos del alemán, pese al abismo que los separaba tras su pésima segunda parada.

La carrera

F-1. 16ª fecha, GP de China.

Shanghai, 56 vueltas, 305,666 km

Promedio del ganador: 187,645 km/h.

Record de vuelta: Alonso, en la 49ª, 1m37s586, a 201,090 km/h.

Campeonato: M. Schumacher, Alonso, 116 puntos; Fisichella, 63; Massa, 62; Raikkonen, 57. Copa de Constructores: Renault, 179 puntos; Ferrari, 178; McLaren–Mercedes, 101; Honda, 73; BMW-Sauber, 35; Toyota, 30.

Próxima Competencia: 8 de octubre en Japón.