El recargo aplicado a Guillermo Ortelli por un supuesto toque al auto de Ariel Pacho, en la primera serie, disparó un sainete en Balcarce. Los comisarios deportivos consideraron que el cuatro veces campeón motivó un despiste de Pacho, por lo que le quitaron la cuarta posición lograda en la serie y quedó clasificado después de Pacho, 15º. La decisión, que significaba marginar al piloto de la final, generó un notorio descontento en los responsables del equipo JP Racing cuyo propietario, Gustavo Lema, en un momento muy caliente amenazó con retirar a su escudería. De hecho, el director deportivo, Guillermo Kissling, se ofuscó tanto con la decisión que abandonó inmediatamente el circuito. Una hora más tarde, regresó...

“Tengo una desilusión y un disgusto tan grandes que no tengo ganas de seguir en la categoría –señaló Lema antes de largar la final–. Guillermo (Kissling) no me lo expresó, pero se fue y después de mucho reflexionar regresó. La verdad, son muy pocas las ganas que tengo de pensar. Por supuesto que vamos a tener que charlar mucho entre nosotros.”

Kissling consideró que “el análisis tan burdo del toque de Guillermo (Ortelli) más un montón de cosas terminan por colmar el vaso. No es que me levanté hoy para ponerme así. No se puede seguir viendo análisis de maniobras tan estúpidas como la que he visto hoy, como las que se están haciendo continuamente y ésta es una de las más grandes que vi”, señaló, respecto de la penalización a Ortelli. “Si se quieren buscar ingredientes para que se llegue a esto, seguro que se encuentran, en particular no hay ninguno”, señaló, antes de explicar su regreso “por el Pato Silva, Norberto (Fontana) y por mi hijo, que me lo pidió”.

Segundo suplente en la final, Ortelli dialogó largo rato con las autoridades de la carrera para intentar largar. Finalmente vio la largada desde boxes y se retiró cuando se habían cumplido un puñado de vueltas. “Me voy sabiendo que no hice nada malo. Pacho lo sabe también, pero los comisarios no...”