Los hinchas de Chevrolet lo pararon a poco de cruzar la meta: Guillermo Ortelli siempre les ha dado las alegrías más sabrosas. Volvieron un poco amargados de San Luis cuando ni siquiera fueron al podio, copado por los Ford. Esta vez, fue casi al revés: a los representantes del óvalo les quedó el tercer escalón del podio –que Emanuel Moriatis le ganó legítimamente a Eduardo Ramos– y el protagonismo más espectacular de la jornada en 9 de Julio, cuando se tocaron los autos de Silva y Martínez y el del entrerriano volcó.

La fiesta la comandó Ortelli. Tan categórico fue su triunfo que en la serie dominó a voluntad y al momento de neutralizar la carrera por el accidente le llevaba más de tres segundos al campeón Christian Ledesma, el escolta. La bandera a cuadros determinó que había vuelto a sacar una considerable diferencia.

“Me sorprendió lo bien que andaba el auto y la diferencia que hicimos en pista –afirmó el ganador–. No se puede creer cómo iba el auto, tuvo una gran contundencia”, señaló. “Probamos una suspensión nueva para la parte delantera que le cayó muy bien. Ahora hay que seguir sumando puntos. Pensamos en el auto. A mí me gusta cuando está, hay que saber aprovecharlo.”

“Era muy difícil seguirle el ritmo a Guillermo, por eso decidí hacer mi carrera”, contó Ledesma, satisfecho porque descontó “más de la mitad de los puntos que nos llevaba Silva y eso es muy bueno. Con Emanuel (Moriatis) corrimos a fondo toda la carrera, bloqueando en todo momento.”

La Carrera

TC. 5ª fecha, 9 de Julio.

25 vueltas, 115,422 km.

Promedio del ganador: 164,787 km/h.

Record de vuelta: Ortelli, en la 4, 1m34s180.

Ganadores de series: Ortelli; Ledesma, Ramos.

Campeonato: Silva, 98 puntos; Ledesma, 80; Ponce de León, 74,50; Ramos, 69,50; Ortelli, 58; Martínez, 56,50; Moriatis, 50,50; López, 46,50.

Próxima competencia: 11 de mayo en Río Hondo.

El auto volcado de Martínez, el destruido de Silva.

Trece vueltas iban de la carrera cuando el puntero del campeonato, Juan Manuel Silva, peleaba un desusado 16º puesto. Entre las dos curvas planas, detrás de los boxes, el Ford tocó un piano, se desacomodó y quedó cruzado en la pista. Omar Martínez, que venía detrás de Silva, no tuvo tiempo de esquivarlo y su Falcon se montó sobre la trompa, que ofició como plataforma de lanzamiento. Los dos coches cruzaron la pista y al llegar a la otra banquina, el Ford amarillo del entrerriano comenzó a volcar de manera espectacular, dando cuatro tumbos.

“Cuando lo vi cruzado traté de evitarlo –explicó Martínez–. Pero le di de lleno, mi auto tomó vuelo y debutamos con los vuelcos, ha sido el primero para mí. Es lindo cuando las cosas terminan así, no pasó nada, los fierros se arreglan. Uno nunca quiere que sucedan estas cosas, pero lo real es que estamos expuestos.”

“Realmente, yo no sentí ningún golpe fuerte en mi auto ni me di cuenta en ningún momento –señaló Silva, por su parte–. Como vi correr a la gente en ese momento creo que fue espectacular, pero no me golpeé nada, no me duele nada.” Según el chaqueño, “es por la tierra que se levanta que el Gurí no tiene tiempo ni forma de esquivarme. Lástima es que se rompen dos o tres autos en una maniobra pavota porque se descontrola el auto en desniveles que hay en la banquina y ahí es donde perdemos el control. Yo me enteré después que Martínez había volcado”.