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Calibrar el tamaño de los elogios que se merece José María López (Río Tercero, 1983) parece una tarea que invita de manera taimada a la desmesura. Por eso parece más apropiado permitirle al lector que sea quien acometa la función ante la desnuda vista de los resultados que el cordobés está obteniendo, reduciendo el reino del automovilismo argentino a un feudo chiquitito y a su merced, en la semana en la que presumiblemente se llegará a una decisión sobre su hipotético destino en la Fórmula 1.

Con el 37, su número predilecto, López ganó de punta a punta en Comodoro Rivadavia la que fue la 12ª (sobre 14) carreras del año de la Top Race V6. Es el piloto que más triunfó en la temporada en esa categoría, la tercera en importancia del automovilismo nacional detrás del TC y el TC 2000: lleva cuatro victorias (en San Juan, Córdoba, La Plata y Comodoro), la tercera parte de la cosecha, en una disciplina como la TRV6 que utiliza coches idénticos (salvo las carrocerías) con motores preparados por un único proveedor, Oreste Berta. Allí donde las condiciones iniciales sugieren la máxima paridad, López hizo de las suyas: dos veces el ingreso del auto de seguridad le anuló la ventaja que había amasado. Siempre se las ingenió para sacarles jugo a sus pies, acelerando y frenando.

Cuando faltaban dos vueltas para terminar la carrera y un chubasco inesperado se desató sobre la última curva del autódromo de Comodoro, en un día gris y poco propicio para correr, López tuvo la frialdad para “advertir el agua, bajar dos cambios y doblar aprovechando todo el ancho de la pista”. A sus espaldas se despistaron pilotos como Matías Rossi, Juan Manuel Silva o Gabriel Furlan, mientras Omar Martínez o Gustavo Tadei golpeaban sus autos contra el paredón de los boxes.

La victoria del cordobés siguió a la pole-position que había logrado la tarde anterior, la séptima del año (sobre 12 posibles) en TRV6 y la 20ª de su cosecha en 2009, combinando sus participaciones en TC (cinco poles) y TC 2000 (ocho poles). Veinte poles-position sobre 36 posibles hablan mejor que nada sobre el piloto más rápido (por lejos) de la Argentina.

¿También el mejor? La victoria de Comodoro es la cuarta que López logra en un período glorioso de quince días en el automovilismo top de la Argentina. En efecto, siete días antes había conseguido imponerse en la competencia de Turismo Carretera disputada en San Luis, también después de conquistar el giro más veloz en la clasificación, también después de haber vencido en su serie (como ayer), también corriendo la final de punta a punta. “Tengo un estilo de manejo que hace que me juegue todo por el todo y no siempre se da algo tan tranquilo como hoy (por ayer) sino que a veces se complica un poco más”, aceptó el cordobés en Comodoro Rivadavia.

Y el fin de semana anterior a ese de San Luis, en el Zonda de San Juan, uno de los circuitos más exigentes del país, López vio doble: como hubo dos carreras de TC 2000 en esa ocasión, una el sábado y otra el domingo, el cordobés marcó dos poles, señaló dos records de vuelta y se quedó con los dos triunfos. Lleva ya diez en el año: las cuatro de TRV6, dos en TC (en Termas de Río Hondo y San Luis, sólo Guillermo Ortelli ganó tanto como él) y otras cuatro en TC 2000, en General Roca, Oberá y las dos de San Juan.

No importa qué conduzca, si es el “Mondeo” de Top Race con motor Berta V6, el Honda New Civic de TC 2000 con motor Berta de 4 cilindros o el “Torino” de TC con motor Cherokee, López está en este momento cumbre de 2009 unos cuantos escalones por encima del resto de sus rivales.

No importa si su auto se lo prepara el equipo de Avila y Servadío en TRV6, el Petrobras en TC 2000 o el HAZ Racing en TC, López se las ingenia para imponer sus puntos de vista sobre puesta a punto y marcar los mejores tiempos, y llegar primero que nadie a la bandera a cuadros.

Especialmente porque parece haber encontrado un equilibrio que le estuvo faltando en alguna parte del año, cuando a la velocidad supersónica de una vuelta le seguía una impensada equivocación en la siguiente. Embebido en un aura de invencibilidad a la hora de completar un giro veloz, López parece haber estirado ese marco a la duración completa de la carrera. Sucedió en San Juan, se vio en San Luis, ayer se advirtió en Comodoro.

Las fuentes cercanas indican que esta semana se decidirá, por la afirmativa o la negativa, su futuro con respecto al equipo USF1, una de las cuatro nuevas escuadras que tendrá la Fórmula 1 en 2010. Uno de los propietarios del equipo, que tiene bases en Charlotte (Estados Unidos) y Alcañiz (España), es Peter Windsor, ex team-manager de Williams, que como periodista cultivó una cercana relación con Carlos Reutemann en la época en que el ahora senador brillaba en la F-1. El santafesino habría sido clave en el acercamiento para un proyecto que cuenta, aseguran, con cierto respaldo económico del Gobierno nacional y del Automóvil Club Argentino.

Mientras tanto, López acaricia la posibilidad de un acontecimiento inédito en el automovilismo local: ganar los títulos de TC, TC 2000 y TRV6 al unísono. Campeón de TC 2000 en 2008, precisa sólo tres puntos en la última carrera del año, en San Luis, a fin de mes, para retener la corona; después de haber ganado la última prueba de TC, está a sólo un punto y medio de la vanguardia, cuando quedan tres carreras y casi 100 puntos en juego; en TRV6 es uno de los diez pilotos (junto a Silva, Rossi, Mariano Altuna, Agustín Canapino, Norberto Fontana, Omar Martínez, Emiliano Spataro, Juan Cruz Alvarez y Guido Falaschi) que van a definir el título en las dos últimas carreras del año, en Resistencia y Paraná.

Se dijo: éstos son los datos. Quedan en manos del lector los elogios. Sensacional, fantástico, magnífico, extraordinario, son algunas de las alternativas.