El piloto alemán Nico Rosberg sostuvo el predominio de la escudería Mercedes en la Fórmula 1, al coronarse ayer en el Gran Premio de Australia corrido en la ciudad de Melbourne, donde el español Fernando Alonso (McLaren) protagonizó un espectacular accidente sin consecuencias físicas de gravedad.

Rosberg, ganador de las últimas tres carreras del año pasado, sumó su cuarta victoria consecutiva y la decimoquinta personal en la categoría, escoltado por su compañero de equipo, el vigente campeón inglés Lewis Hamilton, y su compatriota de Ferrari, Sebastian Vettel, lo que repitió el podio de Melbourne 2015 pero con los dos primeros pilotos invertidos.

“Increíble, muchachos, no se puede empezar mejor el año”, manifestó por radio el alemán, según señaló la agencia DPA, y añadió: “Muchas gracias al equipo por este coche increíble. Los hemos disfrutado muchísimo y estamos muy emocionados”.

El subcampeón mundial cronometró un tiempo de 1:48:15,565 para cubrir las 58 vueltas del trazado oceánico, de 5,303 kilómetros de extensión, y quedó al frente de la clasificación general de la temporada con 25 puntos.

De todas maneras, Rosberg, que sueña con su primer título, aclaró el peligro que supondrá este año el equipo Ferrari: “Tenemos que mantener un ojo en los chicos de rojo, porque son muy fuertes”.

Detrás de los tres primeros y hasta el décimo lugar con puntos, se ordenaron el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), el brasileño Felipe Massa (Williams), el francés Romain Grosjean (Haas), el alemán Nico Hülkenberg (Force India), el finlandés Valtteri Bottas (Williams), el español Carlos Sainz (Toro Rosso) y el holandés Max Verstappen (Toro Rosso).

No obstante, en el giro número 17, el español Alonso paralizó los corazones de todos los presentes cuando su automóvil salió despedido por el aire en la tercera curva de la pista y dio dos vueltas de campana, tras tocar con su rueda delantera derecha el neumático trasero izquierdo del mexicano Esteban Gutiérrez (Haas).

El asturiano, campeón de Fórmula 1 en 2005 y 2006, salió por sus propios medios del monoplaza, que terminó destruido al costado del circuito, al igual que el corredor azteca, cuyo coche sufrió daños menores y también debió abandonar.

“Estoy contento de estar aquí hablando con vosotros”, expresó Alonso a los periodistas en el circuito de Albert Park, según reflejó DPA. “Al final, cuando vas a 300 y pico (kilómetros por hora) siempre te juegas la vida. Si coincide mal el golpe, igual tienes un problema serio. Así que estoy agradecido y con ganas de que pase rápido el fin de semana”, agregó.

“Tienes un pelín de miedo después del primer impacto. Cuando ves que vas por el aire dices: ‘Que aterrice bien, que no aterrice contra el muro o con la cabeza’. Cuando vas dando vueltas quieres que pare, pero parece que nunca para. Y sigues, y sigues y sigues. Cuando ya se paró, vi que tenía un hueco para salir y salí rápido porque pensé que en casa me querrán ver salir rápidamente”, completó.

Otros competidores que no alcanzaron la meta fueron el sueco Marcus Ericsson (Sauber), el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), el indonesio Rio Haryanto (Manor) y el ruso Daniil Kvyat (Red Bull). En tanto, completaron la prueba pero sin sumar puntos: el inglés Jolyon Palmer (Renault) en el undécimo lugar, seguido por el danés Kevin Magnussen (Renault), el mexicano Sergio Pérez (Force India), el inglés Jenson Button (McLaren), el brasileño Felipe Nasr (Sauber) y el alemán Pascal Wehrlein (Manor).

La segunda de las 21 carreras de Fórmula 1 que se disputarán este año será el Gran Premio de Bahrein, previsto para el domingo 3 de abril en el autódromo de Sakhir.