Lun 07.07.2008
libero

TENIS › EL ESPAñOL VENCIó A ROGER FEDERER EN LA FINAL DE WIMBLEDON

Nadal descansa en la cima

El ranking dice que es el número 2 pero, después de haber derrotado en menos de un mes al número 1 en Roland Garros y en el césped británico, no caben dudas de que es actualmente el mejor tenista del mundo.

Fue la final más larga de la historia del torneo de tenis de Wimbledon, con cuatro horas y 48 minutos de duración. Fue, probablemente, una de las decisiones más conmovedoras del deporte moderno. Fue un combate entre titanes, que tuvo todos los ingredientes del mejor guión imaginable: los dos mejores tenistas del mundo, el torneo más famoso, un arranque demorado y par de suspensiones por lluvia para agregarle dramatismo, una definición en el quinto set, con las sombras de la noche amenazantes.

Rafael Nadal ganó su primer título de Wimbledon al derrotar a Roger Federer 6-4, 6-4, 6-7 (5-7), 6-7 (8-10) y 9-7, en un partido que terminó a las 21.16 de Londres después de haber arrancado a las 14.30, es decir, casi siete horas después. La memorable final supera en los libros de records a la que disputaron en 1982 Jimmy Connors y John McEnroe, que terminó con victoria del primero tras cuatro horas y 16 minutos de juego.

Con esta victoria, el español le cortó a Federer una racha de cinco títulos en forma consecutiva en Wimbledon y además un invicto de 65 partidos ganados de manera seguida sobre césped, que incluyen cinco triunfos en el torneo de Halle. En cuanto al ranking, el suizo se mantendrá en el primer lugar del escalafón que ocupa desde 2004, pero con Nadal cada vez más cerca. El español se convirtió además en el primer tenista en ganar en el mismo año Roland Garros y Wimbledon desde que el sueco Björn Borg lo hiciera en 1980.

Nadal había “humillado” hace quince días a Federer en la final de Roland Garros al superarlo por 6-1, 6-3 y 6-0, pero el suizo era el gran favorito en la superficie que mejor le sienta: el césped. Sin embargo, Nadal, que venció a Federer en 12 de los 18 encuentros que disputaron, venía de perder dos años consecutivos la final de Wimbledon y este año su adaptación al césped londinense era superlativa.

Nadie le había quebrado el saque a Federer en todo el torneo y Nadal lo consiguió cuando el suizo sacó por segunda vez en el partido, en una clara demostración de lo que sería la final. Ese quiebre le permitió a Nadal llevarse el primer set, ya que Federer no pudo hacer lo mismo, pese a que contó con chances en el cuarto y décimo juegos.

En el segundo parcial, Federer salió decidido a arriesgar más y la estrategia le dio resultado porque, tras quebrarle el saque en el segundo juego, comenzó a sumar games y tomó una ventaja de 4-1. Pero Nadal jamás se dio por vencido y tras quebrarle el saque en el séptimo y noveno juego pasó arriba en el marcador y luego selló el segundo set con su saque ante la atónita mirada de los más de 15 mil espectadores que llenaron el court central del All England Club.

El partido parecía encaminarse a una victoria del español, máxime después de que Federer no pudo quebrarle el servicio en el sexto juego y que le costó mantener el suyo en el séptimo en el que sacó 0-40.

Pero la lluvia interrumpió el partido durante una hora y veinte minutos y el Federer que volvió a la cancha fue totalmente opuesto al que venía jugando: seguro con su golpe de derecha, mucho más efectivo con su servicio y con una actitud más agresiva se llevó el tercer set por 7-6.

El cuarto set fue saque a saque hasta que se llegó a un infartante tie–break en el que Nadal contó con dos match points, pero en ambos Federer mostró toda su categoría: en el primero un saque letal, y en el segundo un passing de revés formidable.

El suizo pudo cerrar el parcial en el segundo match point pero, cuando igualaban 2-2 en el quinto, otra vez la lluvia interrumpió el encuentro.

En la reanudación cada uno mantuvo su saque hasta que el suizo lo cedió en el decimoquinto juego y entonces Nadal no lo perdonó para quedarse con uno de los triunfos más importantes de su carrera.

“Es imposible explicar lo que siento en este momento”, admitió Nadal tras la victoria. “Sólo puedo decir que estoy muy, muy feliz por ganar este título, en mi torneo favorito. Es un sueño jugar en esta cancha”, añadió el tenista antes de morder, como suele hacer, el trofeo de campeón y después de abrazar al príncipe Felipe, heredero de la corona de España. “Nunca imaginé nada como esto”, aseguró el español, que terminó el partido revolcándose por el césped del court central.

“Probablemente es mi derrota más dura”, admitió el suizo. “No hay comparación (con la derrota en Roland Garros). Esto es el desastre”, confesó. “No siento nada. Estoy decepcionado, roto; es todo.”

“El partido se acabó –insistió Federer–. Hay que dejar un poco de tiempo y luego ver. No aprendí nada de este partido. Quizás él sí, aprendió a jugar más agresivo, pero yo no.” Y se despidió con una amenaza: “Escriban lo que quieran, yo voy a intentar ganar los Juegos Olímpicos y el US Open, y luego veremos”.

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