TENIS › ARGENTINA PERDIó 3-1 CON ITALIA EN LA SERIE DE COPA DAVIS
El primer singlista italiano completó su fin de semana soñado al ganarle en cuatro sets a Charly y sumar los tres puntos para su equipo. El de Chascomús volvió a mostrar coraje, pero no le alcanzó. Argentina tendrá que jugar el repechaje por primera vez en 13 años.
El equipo de Copa Davis de la Argentina quedó en una situación incómoda después de 13 años en la elite, ya que perdió 3-1 con Italia en la serie de la ronda inicial de la Copa Davis, tras la derrota que sufrió Carlos Berlocq ante Fabio Fognini por 7-6 (7-5), 4-6, 6-1, 6-4. De esta manera, Argentina deberá revalidar su plaza en el Grupo Mundial entre el 12 y el 14 de septiembre ante un rival que recién se conocerá después de las series a jugarse entre el 4 y 6 de abril.
Berlocq batalló con su habitual garra durante tres horas y 38 minutos, pero claudicó ante el talentoso Fognini ante unas 5 mil personas que se acercaron al Patinódromo Municipal de Mar del Plata, en una jornada de sol pleno y con una temperatura de 28 grados. La Ciudad Feliz albergó otra frustración en la Davis, tras aquella fatídica final perdida en 2008 ante España.
Argentina, que lleva 13 temporadas consecutivas en el Grupo Mundial y es la primera vez en ese tiempo que pierde en la ronda inicial, había comenzado la serie con optimismo tras el triunfo de Berlocq del viernes, pero se derrumbó de a poco. Luego llegaron dos derrotas que dejaron al equipo de Martín Jaite en jaque. Juan Mónaco perdió el viernes con Fognini y la caída continuó el sábado con la derrota en dobles.
Con ese panorama y la obligación de ganar, Berlocq salió a jugar sus chances con su coraje y entrega habituales, ante un rival con recursos tenísticos superiores. Fognini empleó la táctica de mover al argentino por toda la cancha para impedir que tome el control y lo logró en algunos pasajes del primer set, que fue cambiante, con tres quiebres de servicio para cada uno y por eso la definición se estiró al tie break.
Pero Fognini se llevó el set y eso obligó a Berlocq a cambiar su planteo en el segundo parcial: eligió intercambios largos, con pelotas altas y pesadas y fiel a su estilo, con mucha actitud y convicción, peleó el juego. Y gracias a un quiebre de servicio que lo adelantó 4-3, pudo igualar el marcador gracias al 6-4 del segundo set.
En el tercero, Fognini sacó a relucir sus virtudes y ofreció un show de drops, saques ganadores y derechas sobre las líneas, mientras que Berlocq bajó notablemente la intensidad. Eso le costó perder el parcial 6-1 en poco más de media hora con dos quiebres a favor del europeo, a esa altura confiado en su tenis y sus mayores recursos. Berlocq siguió luchando y evitó nuevos quiebres en el primer y tercer juego del cuarto set, pero no pudo mantenerlo en el quinto. Con esa ventaja, el italiano se encaminó a la victoria, que se concretó en el décimo juego, con su servicio.
Con la caída de Charly, Argentina se encontró en un escenario poco frecuente, con una derrota en la ronda inicial después de 22 años, tras aquella sufrida ante los Estados Unidos en Hawai, en 1992, que luego derivó en un descenso, ya que también perdió el repechaje frente a Dinamarca. La derrota dolió, pero no fue sorpresiva, ya que sin Juan Martín del Potro, el as de espadas del tenis nacional ausente por propia decisión, y con David Nalbandian retirado, era algo que podía suceder, más allá de la voluntad inquebrantable de Berlocq y de los doblistas.
Además de ellos, el tenis argentino añora a Gastón Gaudio, Guillermo Coria, Guillermo Cañas, Agustín Calleri, Juan Ignacio Chela, José Acasuso y Mariano Puerta, los que acapararon títulos y elogios a nivel mundial durante los últimos 12 años. Esos talentos ya no están y, para peor, el único distinto, el tandilense que ocupa el cuarto casillero en el mundo, no tiene una buena convivencia con Jaite y por eso adujo desde hace un año y medio razones de calendario para ausentarse de la Davis.
Será por eso que la foto del final encontró al equipo argentino abrazado en el centro de la cancha, a los italianos festejando respetuosamente, y a todo el estadio coreando al unísono “David, David”, en reconocimiento al cordobés de Unquillo, símbolo de la Davis que acompañó desde las tribunas durante toda la serie. Y cantando para “Delpo que lo mira por TV”, como para dejar en claro que las heridas siguen sin curarse.
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