En la Argentina, el 10 por ciento de la población tiene algún tipo de discapacidad según el último Censo Nacional. Más de 4 millones de personas. Mucha gente, muchas veces invisible. Y dentro de ese universo, son miles las que hacen deportes adaptados en cada rincón del país. Hombres y mujeres de todas las edades. El deporte social es fundamental para incluirlos, para que se sientan parte de la sociedad, para que sean verdaderos ciudadanos con derechos. Además, el deporte mejora su calidad de vida y la de su grupo familiar.

Del 7 al 18 de septiembre se realizarán los XV Juegos Paralímpicos 2016, en la ciudad de Río de Janeiro, y la Argentina estará representada por 85 deportistas (un récord histórico) en 15 de las 23 disciplinas previstas.

En este caso, cuando nos referimos a un atleta paralímpico, estamos hablando de un deportista que tiene una discapacidad y no de una persona con discapacidad que hace deporte. No es un juego de palabras. Un deportista paralímpico trabaja, se entrena y esfuerza igual o más que un atleta convencional. Es alto rendimiento. Pertenece a la elite. Y nuestro país tiene mucha historia.

Desde 1960, cuando se disputó el primer Paralímpico en Roma, hasta Londres 2012, se realizaron 14 Juegos, uno cada cuatro años sin interrupciones. En ese período, la Argentina ganó 149 medallas: 29 doradas, 60 plateadas y 60 de bronce. En cambio, en esos mismos 14 Juegos Olímpicos (1960 - 2012), nuestro país consiguió 32 podios: 5, 9 y 18. El medallero paralímpico casi que quintuplica al olímpico. Otro dato invisible.

En Río, los grandes candidatos argentinos a conseguir una medalla paralímpica son el abanderado Gustavo Fernández, número 5 del mundo en tenis en silla de ruedas y ganador de Roland Garros este año; Los Murciélagos, la selección de fútbol 5 para ciegos; la velocista Yanina Martinez; los nadadores Daniela Giménez y Facundo Arregui; el judoca José Effron, entre otros. Y muchos atletas más que apuestan a un batacazo.

El embrión del Movimiento Paralímpico surgió en Berlín, Alemania, allá por 1888, con los primeros clubes deportivos para personas sordas. Desde entonces y hasta la actualidad, el mundo del deporte para personas con discapacidad se metió de lleno en una lucha, que todavía está lejos de terminar, por los derechos humanos, la igualdad y la plena inclusión.

Las trágicas secuelas de la II Guerra Mundial fueron un gran salto para lo que hoy se conoce como Movimiento Paralímpico. En 1944, a pedido de gobierno del Reino Unido, el neurólogo Ludwig Guttmann abrió un centro para pacientes con lesiones de médula en el hospital de Stoke Mandeville. Guttmann era un prestigioso médico judío alemán que había escapado en 1939 de la Alemania nazi gracias a la colaboración del Consejo de Asistencia a los Académicos Refugiados.

Guttmann, un apasionado por los deportes, los incorporó a los procesos de rehabilitación de civiles y militares que habían sufrido heridas durante la guerra. Además de recuperar fuerza, coordinación, resistencia y rapidez, la práctica de deportes en las personas con discapacidad funcionaba como una gran terapia para que no se aislaran ni sufrieran problemas de autoestima o complejos de inferioridad.

En una primera instancia, el deporte formó parte de la rehabilitación, luego pasaron a tomar un formato más recreativo hasta llegar a las prácticas competitivas. El 29 de julio de 1948, el mismo día de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres, Guttmann organizó la primera competición para atletas en sillas de ruedas, a la que llamó “Juegos de Stoke Mandeville”. Participaron 16 militares y compitieron en tiro con arco y lanzamiento de jabalina.

Un año después se realizó la segunda edición con 37 deportistas de seis hospitales y Guttmann declaró su intención de avanzar en un movimiento similar al olímpico pero enfocado a los deportistas con discapacidad. En 1951 los deportes fueron 4 (arco, netball, jabalina y billar) y participaron 126 atletas de 11 hospitales del Reino Unido.

El primer salto internacional se daría muy pronto. En 1952, exmilitares holandeses se sumaron a las competencias de los nuevos “Juegos Internacionales de Stoke Mandeville”. En 1959 ya había 360 competidores de 20 países.

Un punto de quiebre en la historia del Movimiento Paralímpico se produjo en 1960, año en que se desarrollaron los Juegos Olímpicos en Roma. Antonio Maglio, director del Centro de Lesionados Medulares (INAIL) de Ostia, propuso que los IX Juegos Internacionales de Stoke Mandeville se realizaran en Roma coincidiendo con los XVII Juegos Olímpicos. La idea fue aceptada y comenzaron seis días después de la finalización de los convencionales. Los Paralímpicos se realizaron entre el 19 y el 24 de septiembre de 1960 y participaron 400 deportistas en silla de ruedas de 23 países. El programa incluyó 8 deportes: atletismo, básquet, dartchery, esgrima, natación, snooker, tenis de mesa y tiro con arco.

En Rio 2016 habrá más de 4500 deportistas de 162 países compitiendo en 23 disciplinas. Todo un récord. Además, ya hay más de un millón de entradas vendidas. El 7 de septiembre comienza el segundo tiempo de los Juegos, la otra mitad de la gran fiesta del deporte mundial, Argentina va con su mejor plantel, los deportistas paralímpicos ya están preparados. Acompañemoslos.

* Director de Paradeportes.com, sitio dedicado a la difusión del deporte adaptado, inclusivo y paralímpico argentino.