COMODA VICTORIA DE BOCA, CON EL REGRESO TRIUNFAL DEL DIEZ
Román viene de romance
Con una actuación
convincente ante un
rival poco sólido, los de Tabárez se le pusieron a tiro a River: tres puntos y subiendo. Pero, más allá del nuevo gol de Bracamonte y el
zapatazo de Delgado por fin adentro, todo fue de Riquelme: los aplausos, el fútbol, la gratitud y un golazo con apilada, entre cuatro, memorable. Tras cinco triunfos al hilo, Boca es todo ilusión.
› Por Facundo Martínez
Con una impecable actuación de Juan Román Riquelme, que fue ovacionado antes, durante y después del partido, y un muy buen nivel colectivo, Boca obtuvo ayer un triunfo contundente ante Unión por 3-0. El conjunto de Oscar Tabárez consiguió así su quinta victoria consecutiva en el Clausura y se posicionó en el segundo lugar de la tabla junto a Gimnasia, a sólo tres puntos del líder. Marcelo Delgado, Héctor Bracamonte y Riquelme fueron los autores de los goles. En las tribunas de la Bombonera renació el romance de los hinchas con el equipo, que no hace menos de un mes se hallaba a diez unidades de River, algo abatido y sin sueños.
Boca ganó protagonismo antes del comienzo. Bastó un gesto del equipo con los hinchas, un gesto de Riquelme con sus seguidores, para avivar el fuego de las tribunas: “Muchas gracias por todo. Flia. Riquelme”, decía la bandera que los jugadores alzaron en el círculo central. Se trataba del agradecimiento del volante a aquellos que se preocuparon y colaboraron apoyando al jugador en una semana por de más complicada. El gesto disparó la comunión de Riquelme con sus hinchas, quienes lo vitorearon como al héroe que regresa a casa. Pero el agradecimiento de Riquelme no se quedó ahí: gambetas, pisadas y un golazo increíble. Los hinchas gritaron y aplaudieron al diez, largamente.
El encuentro fue entretenido y abierto. Ya desde el inicio Boca puso en claro que su intención era ganar y que no había otra alternativa, al menos pensada. Presionando en todas sus líneas, Boca se arrimó rápidamente al área rival. El primer aviso fue un tiro libre de Riquelme que pegó en la barrera y luego generó una serie de rebotes muy cerca del arco de Nereo Fernández. El segundo fue el gol de Delgado, a los 6 minutos: un remate violento desde la puerta del área que sorprendió por completo al arquero. Después tuvo otra oportunidad Delgado tras una buena combinación entre Bracamonte y Riquelme, pero Nereo consiguió tapar.
A Unión le costaba llegar y generar peligro, pero no se desesperó. Por el lado de Rubén Capria y Norberto Fernández, apoyados en el esforzado trabajo sucio de San Martín en el medio, los santafesinos fueron de menor a mayor, intentando siempre jugar la pelota segura, aunque perdían en los últimos metros. El esfuerzo de Unión no alcanzó para frenar a Boca, que no dejó de acechar al rival. Prueba de eso fue el gol de Bracamonte, un rodillazo al arco luego de que Burdisso, habilitado por Riquelme con un pelotazo largo, le bajara el balón de cabeza. Boca tuvo dos chances más antes del final del primer tiempo, una de Pérez y otra de Delgado, esta última la más clara, pero Nereo logró tapar.
En el complemento, Boca controlaba y Unión se lanzaba con todo lo que tenía al ataque, descuidándose un poco. Y así vino el tercero, el golazo de Riquelme, quien eludiendo a cuatro rivales dentro del área de Nereo se puso frente al arquero, le cambió la pierna y puso la pelota en la red. El festejo fue enorme, tanto que el partido pareció querer cerrarse ahí, con el apoyo de los hinchas que pedían “para Riquelme la Selección”.
También pudo haber un cuarto gol, un remate de Bracamonte, habilitado por Riquelme, que se fue desviado; pudo descontar Unión con un buen disparo de Zapata, pero a nadie le importó: había que festejar.