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Alejandro Montecchia está atravesando uno de los mejores momentos de su carrera. Afirmado en el Pamesa Valencia, donde ayer fue la gran figura con 15 puntos en el triunfo 90-75 sobre Leche Río Breogán, el base de la Selección Argentina analizó su presente, explicó su frustrada llegada a la NBA y contó la ilusión que le genera la posibilidad de despedirse del equipo nacional en los Juegos Olímpicos de Atenas, en una entrevista con la agencia Télam.
–¿Te sorprendió el interés de San Antonio Spurs tras el Preolímpico?
–Primero me causó una gran sorpresa. Después fue y sigue siendo un sentimiento de enorme satisfacción y alegría total. El entrenador del equipo campeón de la NBA me quería en su equipo, algo que no es poca cosa y realmente me ilusioné mucho.
–¿Qué sentiste cuando Pamesa te negó la posibilidad de ir?
–Estaba el contrato de por medio. Ellos me dieron sus explicaciones de por qué no me dejaban ir, argumentos todos muy razonables. Como soy un tipo de cumplir los compromisos, acepté de buena manera la negativa del Valencia. Y acá estoy, a full con mi equipo.
–¿Esperás tener posibilidades en la próxima temporada?
–La NBA no es una prioridad para mí, en estos momentos me gustaría mucho poder renovar con el Valencia. Igualmente tengo derecho a soñar.
–La ida de Nacho Rodilla te brindó la posibilidad de quedarte con la titularidad y tu aporte al equipo creció notablemente. ¿Te sentís más cómodo con un rol más importante en el equipo?
–Seguro. Ahora me considero parte más importante del equipo. Mis compañeros y el entrenador también me lo hacen notar. Ya con eso me siento muy seguro de mi juego y de tomar responsabilidades mucho mayores de las que tenía el año pasado.
–¿Es una revancha personal destacarte en Europa después de lo que te costó adaptarte en tus primeras experiencias?
–No, creo que no tengo necesidad de revancha. La temporada pasada noté el cambio de competición y de equipo los dos primeros meses. Luego, cuando me adapté, tuve un muy buen rendimiento y terminé los últimos tres meses de Liga como titular.
–¿Te sorprende que tantos argentinos estén triunfando en el nivel más alto de Europa?
–No, para nada. Está siendo una constante en los últimos años y con esto se ve reflejado el crecimiento que tuvo el básquetbol argentino. Además del potencial y el nivel de competitividad que tenemos, no por nada somos los campeones del mundo... Ah no, cierto que no nos dejaron serlo.
–¿Cómo ves tu futuro en la Selección?
–Estoy seguro de que podría seguir jugando en el seleccionado varios años más, pero éste va a ser mi último torneo. Es una decisión tomada en familia y pensando en ellos principalmente. Y precisamente por ser el último torneo, mi motivación es muy grande. Las ganas de poder retirarme del equipo nacional como capitán de este grupo magnífico y con una medalla colgada son enormes. Sería un broche de oro para mi carrera.
–¿Sentís que se puede dar?
–Las posibilidades de conseguir una medalla están latentes. Es un torneo de altísimo nivel y el margen de error es mínimo. Lo ideal sería llegar en juego y mentalidad como estuvimos en Indianápolis, no como en el Preolímpico.
–¿Qué significa debutar ante Serbia y Montenegro?
–Esto es lo bonito que tiene este deporte, la posibilidad de revancha. A diferencia de muchos, creo que es el mejor inicio de torneo que podríamos tener.
–De los otros rivales –España, China, Nueva Zelanda e Italia–, ¿cuál es el más complicado?
–España está en un gran nivel y ya lo demostró en el último europeo, pero todo depende del nivel de juego y mental con que llegue cada equipo. El margen de error es igual para todos. Ellos tienen a Pau Gasol, quepuede complicar a cualquiera por su envergadura y versatilidad para jugar, pero detenerlo no va a ser únicamente responsabilidad de nuestros hombres interiores. Es una responsabilidad defensiva de equipo la que tiene que lograr que Gasol no nos lastime.