Dicen que por algo los campeones son campeones. Y River parece demostrarlo en este torneo Apertura. Con su presencia, con su experiencia, con su contundencia, y con su capacidad de desequilibrio, el equipo de Núñez consigue entremezclarse una vez más entre los protagonistas del campeonato. Con esos ingredientes y muy pocas cosas para el elogio, River extendió su supremacía sobre Vélez a 13 partidos, de los que los últimos seis fueron triunfos riverplatenses. La incógnita será saber si con la presencia de Andrés D’Alessandro, a partir del próximo domingo, pueda aparecer la fantasía que lo hizo consagrar en mayo pasado.
A pesar de que ayer llegó la primera victoria oficial bajo el mando de Manuel Pellegrini, River parece que todavía no terminó de adaptarse a su nuevo dibujo táctico. Más allá de que no presenta mayores problemas en la defensa, donde vuelve a marcar con cuatro hombres, el inconveniente surge en el medio. Allí, el campeón ubica dos hombres para la marca, Pereyra y Zapata, y dos para construir el circuito ofensivo, Coudet y Alvarez. Entre los dos primeros, Pereyra tiene demasiado terreno que cubrir porque debe desplazarse hacia la derecha, y Zapata perdió toda su capacidad de desborde por el otro sector, debido a que casi no pasa al ataque para ocuparse más de la contención. Por ello, cuando la pelota supera a Coudet y Alvarez, el equipo queda demasiado descompensado.
Entre los encargados para generar opciones de ataque en Liniers, fue Coudet el que se destacó sobre Alvarez. A pesar del gol, el ex Reggina no terminó de ganarse un lugar entre los titulares, ya que seguramente le dejará su lugar al campeón Mundial Sub-20. Para colmo, tampoco López hizo olvidar al lesionado Cavenaghi. Al delantero se lo vio demasiado estático y con llamativa falta de reacción. En consecuencia, todo recayó sobre lo que podía realizar Alejandro Domínguez. Seguramente, la actuación de ayer de López le abre posibilidades a Esteban Fuertes, el nuevo goleador.
Con todo eso, Vélez fue el que se adueñó de la pelota desde el inicio, a partir del trabajo que hacían sus mediocampistas. Falcón y Cubero recuperaban rápido la pelota para entregársela al juvenil Patricio Pérez (17 años), quien se encargaba de habilitar a sus delanteros. De esa forma, Nanni recibió de Pérez un pase en profundidad, y el goleador remató cruzado al lado del palo derecho de Comizzo. Más tarde, otra vez Nanni se perdió el gol cuando cabeceó afuera entrando por la izquierda. Antes, Husain le pegó cuando ingresaba al área, pero encontró bien parado al arquero.
A los 33 minutos, Uglessich tuvo su chance después de una mala salida de Comizzo, pero su cabezazo salió al lado del palo. Sorpresivamente, un minuto más tarde de esa jugada, River se puso en ventaja en la primera llegada clara al arco de Sessa: Coudet envió un centro bajo desde la derecha, y Alvarez alcanzó a puntear la pelota para marcar el único gol del encuentro. En el final, River sólo preocupó con un tiro libre de Domínguez.
La segunda parte comenzó con la misma tesitura que la primera. Apenas pasó un minuto cuando Nanni se perdió el empate casi debajo del arco, debido a que su derechazo se fue por arriba. Vélez siguió dominando, y primero fue Pérez el que estuvo cerca de empatar. Más tarde, Garcé salvó justo el remate de Husain que había quedado cara a cara con Comizzo. Como Vélez había volcado el juego hacia el campo rival, River sólo respondió con algún contraataque. Así, Sessa realizó una doble tapada ante Cuevas y Domínguez, y después el colombiano Jersson González estrelló un derechazo en el travesaño. En la desesperación por empatar, Sessa cabeceó sin dirección en el área de River. No había manera...