La defensa del título va tomando forma. River ya se instaló en lo más alto de la tabla, y está dispuesto a hacer valer su condición de campeón. Con su tercera victoria consecutiva, el equipo de Núñez parece decidido a ir en busca del bicampeonato. Luego de la deslucida actuación ante Colón, la semana pasada, River arribaba a Liniers con muchas complicaciones. En primer lugar, el desgarro de su máxima estrella, Andrés D’Alessandro, era la mayor preocupación para el técnico Manuel Pellegrini. Además, Guillermo Pereyra debía cumplir una fecha de suspensión por su expulsión ante los santafesinos. Y, para colmo, Angel Comizzo sufrió una contractura que ni siquiera le permitió concentrar para el encuentro de ayer.
“Si pasa todo esto y el equipo sigue ganando, seguramente vamos a estar mucho mejor más adelante”, había dicho Pellegrini. De esa manera, el entrenador decidió el regreso de Astrada, con más de un año sin jugar desde el inicio, y se apresuraron los debuts de Luis González y José Buljubasich.
Otro de los puestos donde el chileno mantuvo las dudas durante la semana era el acompañante de Domínguez en el ataque. Finalmente, después del gol del triunfo ante Colón, López conservó su lugar.
Teniendo en cuenta que el rendimiento en los primeros tres partidos no había sido convincente, las incógnitas eran mayores para visitar a Chacarita. En el conjunto de San Martín, el envión anímico por haber ganado en La Plata, ante Estudiantes, lo convertía en un adversario de riesgo. Y sobre todo teniendo en cuenta que los últimos enfrentamientos ante Chacarita no eran un buen recuerdo para River.
Esos antecedentes parecieron pesar en el comienzo del partido, porque Chacarita fue el que controlaba mejor la pelota. Con el atrevimiento de Matías Delgado, más el esfuerzo de Rosada y Romero para recuperarla, el equipo local fue tomando la iniciativa lentamente. Así, el paraguayo Torales cabeceó en el área un centro de Delgado, pero la pelota se fue por arriba. Igualmente, River también visitó a Navarro Montoya, aunque sin mucha claridad: primero Garcé probó con un remate desde lejos; y luego López intentó con otro derechazo, después de un error de Pena. Pero la mejor chance para River se iba a producir a los 25 minutos: Coudet le pegó en un tiro libre que encontró bien ubicado a Navarro Montoya. Cinco minutos más tarde de aquella jugada, Delgado picó la pelota de zurda ante Buljubasich y dio en el palo izquierdo.
River inició el segundo tiempo con el estreno del goleador Fuertes. Pero la audacia la mostró Pellegrini, cuando hizo ingresar a Cuevas por el capitán Astrada. En ese esquema, Zapata se movió hacia el medio, y el paraguayo se ubicó sobre la izquierda. Con más movilidad y sorpresa, River se paró en el campo de Chacarita, y en uno de sus intentos tuvo su premio con un tiro libre: Domínguez convirtió con un derechazo al otro palo del arquero. A partir de ahí, Chacarita buscó un poco más, pero su falta de profundidad fue alarmante. Lo más destacado fueron los tiros desde afuera del área.
En ese marco, River aumentó la cuenta con una respuesta rápida ante una mala salida de Gamboa. Fuertes encaró por la derecha, eludió a Furios, y cuando aparecía el arquero habilitó a Cuevas, quien tocó suave debajo del arco. El descuento de Cella Ruggieri en el final ni siquiera logró preocupar al nuevo líder. A fuerza de triunfos, River sigue construyendo su nuevo proyecto.