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Lunes, 21 de enero de 2008

OPINION

¿discapacidad o supercapacidad?

Correr con protesis

 Por Cesar R. Torres*

Los juicios sobre el velocista sudafricano Oscar Pistorius han cambiado tan velozmente como su excepcional rendimiento en las pistas. Pistorius, a quien le amputaron las dos piernas por debajo de las rodillas antes de cumplir un año, ganó tres medallas en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y ostenta los records Paralímpicos de 100, 200 y 400 metros. En su incursión en el mundo del atletismo para atletas “normales” también le ha ido muy bien: el año pasado, Pistorius ganó la final B de los 400 metros en el Golden Gala de Roma, un evento auspiciado por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF). El hombre corre con unas prótesis de fibra de carbono de última tecnología conocidas como cheetas y aspira a participar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Las prótesis de Pistorius, elementos imprescindibles que le permiten correr, han sido reprobadas por la IAAF e irónicamente constituyen la causa que, por el momento, imposibilita su aspiración olímpica. Hace pocos días, la IAAF declaró que considera a las prótesis como una “ayuda técnica” porque violan la regla que prohíbe la “utilización de todo dispositivo técnico que confiera una ventaja a un atleta con respecto al que no lo utiliza”. Es decir, Pistorius pasó rápidamente de ser considerado un atleta discapacitado a ser un atleta supercapacitado. Esta decisión, que al excluir a Pistorius de los eventos auspiciados por la IAAF le impide clasificarse para los Juegos Olímpicos, merece ser discutida y revisada.

La IAAF basó su decisión en una serie de estudios que encargó a la Universidad de Colonia en Alemania. Los estudios concluyeron que las prótesis le otorgan a Pistorius una ventaja fisiológica y mecánica con respecto al rendimiento de los atletas “normales”. Sin entrar en los aspectos específicos de los mismos, es llamativo que la IAAF haya tomado una medida tan drástica basándose exclusivamente en una sola serie de estudios. Un caso complejo como el de Pistorius exige estudios adicionales que verifiquen o falsifiquen los primeros resultados, sobre todo teniendo en cuenta que en la información que se hizo pública de los estudios encargados por la IAAF no se menciona ninguna de las posibles desventajas de utilizar las prótesis. Cabe agregar que algunos científicos suponen la existencia de algunas desventajas. El proceder de la IAAF aparece como mínimo apresurado, si no inadecuado.

La prohibición a Pistorius de participar en los eventos auspiciados por la IAAF resulta aún más perpleja cuando se considera que el diseño y el uso de las prótesis, y las presuntas ventajas que otorgan, son susceptibles de ser legislados. De hecho, la IAAF incluye en sus reglamentos apartados que limitan el alcance de diversas tecnologías en sus competencias. Que las prótesis de fibras de carbono constituyan una tecnología relativamente novedosa o que efectivamente provean una ventaja fisiológica y mecánica, no justifica su eliminación. ¿Por qué negarle a Pistorius, y a otros atletas que potencialmente pudieran usar prótesis similares, la posibilidad de participar en los Juegos Olímpicos y otros eventos auspiciados por la IAAF cuando es posible, aunque admitidamente complejo, reglamentarlas? La IAAF debería reconocer y aprobar el uso de las prótesis como elementos imprescindibles que permiten correr a los atletas discapacitados y limitar las supuestas ventajas sobre los corredores que no las utilizan. De esa manera se respetaría el derecho de Pistorius a participar en competencias reservadas para atletas “normales” y el derecho que tienen todos los atletas a una competencia igualitaria; derechos que claramente no son incompatibles, pero que requieren de soluciones progresistas e innovadoras.

En el fondo, el caso de Pistorius presenta preguntas sumamente inquietantes para el presente y el futuro no sólo del deporte sino de la humanidad: ¿qué se entiende por ventaja?, ¿cuándo una ventaja es inicua?, ¿es posible o deseable organizar competencias que integren a los y las deportistas discapacitadas con los deportistas “normales”?, ¿soportaríamos la victoria de los primeros?, ¿estaremos ingresando en una etapa post–humanista en la que las modificaciones a lo que consideramos “humano” serán inducidas tecnológicamente y no exclusivamente a través de la selección natural?, ¿será Pistorius el prototipo del futuro “tecnoatleta”? Mientras abordamos estas preguntas y muchas otras que les sucederán, sería apropiado celebrar y honrar los logros, la dedicación, la persistencia y el coraje demostrado por Pistorius en su carrera deportiva. Estos valores nos ennoblecen y dignifican; es decir, nos humanizan. Pistorius anunció que apelará la medida de la IAAF; su lucha ejemplifica el humano esfuerzo por mejorar.

* Doctor en Filosofía e Historia del deporte. Docente en la Universidad del Estado de Nueva York (Brockport).

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