La campaña de Héctor Cúper en Italia continúa en pleno ascenso. El director técnico argentino volvió a tener un fin de semana de fiesta ya que su equipo, el Inter de Milán, se ubicó nuevamente como único líder de la Liga. Con el triunfo de ayer por 2–0 sobre el Parma, por la decimonovena fecha, el equipo milanés desplazó del liderazgo al Roma, que venía con chapa de campeón de invierno.
Pero a pesar de los 41 puntos de Inter, el entrenador sigue siendo cuestionado por los medios italianos, respecto del fútbol mezquino que muestra su equipo en la cancha. De la misma manera que cuando estuvo al frente del Valencia español, Cúper es motivo de discusión en Italia –un lugar que no se caracteriza precisamente por la generosidad de los planteos tácticos– en cuanto a su manera de alcanzar resultados.
En los últimos días, el entrenador se defendió de aquellas críticas respondiendo con su credo básico: “Lo que está claro es que hay que saber ganar sin encajar (recibir) goles”. El ex conductor de Huracán, Lanús y Mallorca, quien realizó declaraciones en una entrevista concedida a la RAI, también afirmó que es “optimista por naturaleza, demasiado optimista según me dice mi mujer, pero creo que esta filosofía de vida ayuda a soportar tantas presiones”.
En relación con “las formas” de alcanzar los objetivos, Cúper destacó que vive el fútbol “de una manera, lo que no quiere decir que sea la única manera. Creo que no soy defensivo, pero sí considero que si una escuadra no sabe defenderse corre el riesgo de no ganar ningún partido”. A los 46 años, y junto a sus colaboradores Juan Manuel Alfano y Roberto Mario Gómez, Cúper enfrentó la presión de conducir a un equipo que persigue el título de campeón desde hace 13 años. Y los números premian al Inter con el mejor ataque con 33 goles en la actual temporada.
Después de defenderse puntualmente de todos los calificativos que le prodigaron en los últimos meses, este santafesino de la ciudad de Chabás se dio el lujo de elogiar a su mujer y de citar una de sus frases preferidas: “Me dice que me pongo una máscara para mantener un equilibrio”. Y se definió como alguien que puede divertirse, a pesar de su aparente seriedad, ya que le gusta “bailar el tango, la zamba, el rock y el vals”.
Más allá del fútbol, Cúper también sorprendió a muchos al resaltar que si pudiera nacer de nuevo le habría gustado ser la Madre Teresa de Calcuta, en otra nota concedida al canal Inter Channel. Y destacó como uno de sus personajes históricos favoritos al líder de los derechos humanos Martin Luther King. “King fue un ganador en la vida no tanto por las causas por las que se batió, sino por la vida misma que vivió. Aunque si pudiera volver a nacer me hubiera gustado ser la Madre Teresa de Calcuta, porque una vez la encontré y sentí una atracción irresistible”, recordó el argentino.
A su vez, Cúper también tuvo tiempo para explayarse sobre la política:
“La libertad es un bien precioso del individuo. Eso lo aprendí en Argentina en época de la dictadura militar”. El ex defensor central se mostró como un ferviente creyente del catolicismo: “Tengo fe en Dios y rezo seguido, pero no lo molesto por temas futbolísticos. El Señor ya tiene cosas mucho más importantes en qué pensar”.
En relación con su vida fuera del fútbol, Cúper señaló que le encanta leer en su casa: “Leo por ejemplo a Platón, aunque a veces no entiendo sus teorías, pero en general me encantan los libros, y compro de a cuatro o cinco cada vez que puedo ir a una librería”. En cuanto a sus diversiones, Cúper expresó que “de vez en cuando intento tocar algún tema con el saxofón, pero la verdad es que tengo poco tiempo”.
El domingo ya comenzaba a despedirse en Italia, con el Inter en lo más alto de uno de los mejores campeonatos del mundo. Por este lado, César Luis Menotti definía este presente de Cúper en el exterior: “A todos nosviene bien el éxito de un argentino en el extranjero. Nos hace bien a todos. Bienvenido sea el triunfo de Cúper”.
Luego del encuentro, Cúper dijo de su equipo: “Debemos ser más concretos, pero hemos ganado jugando bien”. En Milán, un hombre se refugiaba en su casa con el placer del deber cumplido.