Lunes, 15 de junio de 2009 | Hoy
EL GLOBO VENCIó 1-0 A SAN LORENZO Y SE PUSO A UN PUNTO DE VéLEZ
Esta vez no hubo tiqui-tiqui, pero el equipo de Cappa logró un triunfo que vale oro para sus aspiraciones de obtener el título. Goltz, con un cabezazo de pique, convirtió el único gol del clásico. El conjunto de Simeone hizo poco y se quedó con la manos vacías.
Por Facundo Martínez
Uno podría decir que el Huracán que ganó ayer en la Bombonera por la mínima diferencia el clásico frente a San Lorenzo, victoria que dejó al equipo de Angel Cappa a sólo un punto de Vélez, el líder del torneo Clausura al que tendrá que enfrentar en la última fecha en Liniers, no fue ese equipo que juega y enamora a sus hinchas. Pero nadie podrá negar el hecho de que Huracán tenía que ganarle el clásico a San Lorenzo para no depender sino de sí mismo cumplir el anhelo de sus hinchas, que tras 36 años sin títulos en Primera sueñan y hasta deliran la obtención del Clausura, con una coronación a la altura de lo realizado por este grupo de jugadores jóvenes que han sabido dar cátedra de cómo se debe jugar al fútbol: con inteligencia, toque, solidaridad, simpleza y atrevimiento.
Huracán tenía que ganar el clásico para no desaprovechar la chance que desperdició Lanús tras su derrota frente a Arsenal y que el escolta Vélez no había dejado pasar. Y no era un partido más. Era un partido que se presentaba difícil, con un rival dispuesto a hacer valer su historia, su paternidad, dispuesto a arruninarle la fiesta para al menos aliviar la frustración de un semestre empobrecido por los malos resultados. Quizás por esa presión, por todo lo que había en juego, a Huracán le costó encontrar su juego en los primeros minutos, en los que su maravilla se vio opacada por las imprecisiones y algunos errores defensivos de grueso calibre, como el que le permitió al Papu Gómez sacar un remate cruzado desde la derecha que Monzón debió tapar abajo. Fueron sólo unos minutos, porque en la medida en que Bolatti hizo pie en el mediocampo, el Globo se adueñó de la pelota y mejoró, más allá de que Pastore y Defederico despilfarraban oportunidades intentando gambetear a medio equipo rival.
San Lorenzo quedó limitado a presionar la salida de Huracán y a lo que, de tanto en tanto, podía entregarle el Indiecito Solari, el más claro a la hora de hacer algo con la pelota entre los de Simeone. Pero más allá del dominio, Huracán fallaba en la zona de definición y no podía plasmar en el marcador la diferencia que esbozaba en la cancha. Tuvo que esperar una jugada de tiro de esquina, a los 40 minutos, en la que la defensa de San Lorenzo se durmió, para que Goltz cabeceara sin marca sobre el segundo palo para poner a su equipo en ventaja.
Ahí nomás, como si ya hubieran quedado satisfechos con lo conseguido, los jugadores del equipo de Cappa bajaron el pie del acelerador y dejaron crecer a un rival que no había logrado mucho durante el desarrollo, pero en los últimos minutos estuvo dos veces cerca del empate. La primera vez con un cabezazo de Silvera, a las manos de Monzón, y la segunda tras un buen desborde de Silvera, quien envió el centro atrás para Bergessio, quitándole la pelota de los pies a Adrián González, rematara con el arco de frente muy arriba del travesaño.
Huracán volvió a pagar la presión de lo que tenía por delante en la segunda mitad, donde no consiguió repetir lo bueno que había hecho en la primera parte y terminó cediéndole la iniciativa a San Lorenzo, que había marcado el ritmo con un cabezazo peligroso de Botinelli en el arranque, pero que después fue perdiendo fuerza y por más de media hora no pudo llegar con peligro real al arco de Monzón. Recién a los 76 minutos estuvo cerca del empate, cuando Silvera, desde el vértice del área, sacó un derechazo que se estrelló en el palo izquierdo de Monzón. Unos minutos más tarde, el delantero desaprovechó un centro de Bordagaray con un cabezazo que se le fue desviado.
Lo cierto es que si Huracán debió sufrir hasta el último minuto fue por la simple razón de no haber tenido la cabeza fría para liquidar el partido de contraataque, cuando San Lorenzo perdía la pelota y le regalaba espacios en el fondo. Los últimos diez minutos de juego fueron sobrios y se jugaron lejos de los arcos. Hasta las hinchadas bajaron los decibeles. Los locales, porque la victoria de Huracán, esa que lo acerca al título, parecía consumada; los visitantes, porque esperaban que Laverni levantara de una vez por todas los brazos para dar el último pitazo. Después sí se desató la fiesta de los hinchas del Globo, cuando jugadores y cuerpo técnico se fundieron en un largo abrazo dentro del campo. Y hubo más cantos en las tribunas y más alegría mientras los hinchas de San Lorenzo abandonaban la Bombonera. Incluso una hora más tarde, sobre la avenida Garay, la caravana del Globo se abría paso entre bocinazos y banderazos. Sobraban motivos para semejante euforia. A Huracán le quedan sólo dos partidos, Arsenal y Vélez, dos finales para ponerles fin a más de tres décadas de sequía.
Estadio: Bombonera (local San Lorenzo)
Arbitro: Saúl Laverni.
Goles: 38m Goltz (H).
Cambios: 65m C. González por Toranzo (H), 70m Bordagaray por J. M. Torres (SL), 82m Santana por Solari (SL), 86m Fornaroli por A. Gómez (SL), 90m A. Sánchez por Pastore (H).
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