Lunes, 17 de agosto de 2009 | Hoy
USAIN BOLT GANó LOS 100 METROS MáS VELOCES DE LA HISTORIA
El jamaiquino marcó un nuevo record en el Mundial de Berlín, postergando al estadounidense Tyson Gay, que señaló 9s71, y a su compatriota Asafa Powell, que marcó 9s84. Siete de los ocho finalistas bajaron los 10s.
Por Sebastián Fest
Desde Berlín
Los gestos, morisquetas y sonrisitas que ensayó durante toda la tarde llegaron a hacer pensar que Usain Bolt había perdido el foco, pero cuando el cronómetro se paró en 9s58 un escalofrío recorrió la espina dorsal del deporte mundial: Bolt es de otra galaxia. “El juego sigue”, gritó a las tribunas de un casi repleto estadio olímpico de Berlín minutos después de la hazaña, del mayor salto en un record mundial en la historia de los 100 metros. ¿El juego sigue? Habrá que creerle, porque Bolt es el hombre que hace exactamente un año, el 17 de agosto de 2008, revolucionó los Juegos Olímpicos de Beijing con unos 9s69 que pocos esperaban. Y después logró los 19s30 en los 200, y otro record mundial en los 4x100... Bolt, está claro, logra todo lo que se propone.
“Es el mejor, no hay forma de pararlo”, dijo Asafa Powell en aquellos Juegos. Powell tampoco pudo pararlo ayer, aunque con sus 9s84 se llevó el bronce y su mejor marca de la temporada. Lo festejaron juntos, ensayando un nuevo paso de baile y cubiertos por la bandera de Jamaica, esa isla de los milagros.
A unos pocos metros, Tyson Gay daba puñetazos en el aire. Claro, cómo no estar frustrado. Sus 9s71 son la tercera marca de todos los tiempos, a menos de un suspiro del record de Beijing. Ahí, a tiro de Bolt. Pobre Gay. Casi lo logra, pero cuando acaricia la gloria, cuando se convierte en uno de los dos hombres más rápidos de la historia, Bolt, que en ningún momento dejó de exhibir confianza, casi desprecio por sus rivales, le asesta un 9s58. Cómo no va a estar frustrado Gay, un tricampeón mundial de 27 años que ve esfumarse la posibilidad del cuarto título cuando en cualquier otra circunstancia se hubiera convertido en uno de los héroes deportivos del año.
“El puede llevar el cuerpo humano a otro nivel”, dijo Gay sobre Bolt. “Creo que algún día podré hacer eso también. No estoy quejándome, estoy realmente feliz. Corrió la mejor carrera que haya visto nunca. Yo seguiré corriendo.”
Bolt hizo los deberes desde el principio hasta el final. Su tiempo de reacción en la salida (0s146) fue casi idéntico al de Gay (0s144) y no mucho peor que el de Powell (0s134). Solventado ese déficit del larguirucho de 193 centímetros, devorarse el brillante hectómetro azul del estadio que se abría ante sus ojos era más un placer que una presión.
Cuando restaban diez metros el movimiento fue leve, levísimo, sus ojos girando hacia la derecha buscando al gran rival. Pero Gay no estaba allí sino detrás, y esta vez, a diferencia de aquel 17 de agosto de 2008 en Beijing, el 17 de agosto de 2009 vio a Bolt cruzar la meta estirando la cabeza y arañando centésimas para seguir reescribiendo la historia del atletismo. Luego se clasificaron Asafa Powell (9s84), Daniel Bailey (9s93), Richard Thompson (9s93), Dwain Chambers (10s), Marc Burns (10s) y Darvis Patton (10s34).
John Einmahl, un profesor de matemáticas de la Universidad de Tilburg, Holanda, calculó en 2006 los límites humanos en las 14 disciplinas del atletismo, basándose en la Teoría del Valor Extremo. Según Einmahl, 9s29 es el límite. Ya no suena tan a fábula, porque Bolt está a sólo 29 centésimas tras devorarse 11 en un año de una zancada.
Ya nadie se acordaba de la salida en falso de Bolt un par de horas antes en semifinales, ni tampoco de su exceso de morisquetas, que el público ama diga lo que diga Jacques Rogge, el presidente del COI. En la húmeda, calurosa e histórica noche berlinesa, todos los ojos apuntaban a un prodigio nacido en Jamaica con una pregunta tan unánime como sin respuesta: ¿hasta dónde vas a llegar, Usain?
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